lunes, 28 de enero de 2008

Tres locos en carnaval en el carnaval de Barranquilla,Colombia.

Por HUGO GONZÁLEZ MONTALVO

Son los finales de los setenta, se acercan los carnavales, tres amigos veinteañeros deciden hacer una parodia de la situación que vive el país; el creciente conflicto violento de la nación, su inquietud. Entre bromas descubren que se parecen físicamente a algunos personajes del momento; se deciden, entonces, encarnar respectivamente a un subversivo, a un intransigente guerrerista y a un ciudadano del común. En efecto, en la Batalla de Flores participan disfrazados representando a los tres en una continua y enardecida reyerta. Causaban risa no tanto por lo que decían, que era muy serio, sino por sus piruetas y sus gestos absurdos, que se suponían eran agresiones violentas. De vez en cuando se detenían a improvisar diálogos, algunos decían aproximadamente:

Guerrerista: Yo ya estoy definido, no me hablen de paz con esos bandoleros -–irritado—. Mi política es la guerra y punto.
Ciudadano: Cálmate no te sulfures —con gesto conciliador.
Guerrerista: Pero, ¿quién carajo se está sulfurando? Lo único que digo es que a esos manes hay que darles plomo.
Subversivo: Igual, plomo con ustedes.
Ciudadano: Por favor señores, estamos en carnaval, dejen el odio.
Guerrerista: Bueno, sí lo reconozco -–hiriente-—, estoy lleno de odio.
Subversivo: ¿Lo ves? —justificándose frente al ciudadano—, teníamos que responder con violencia a estos torturadores.
Guerrerista: Y tú civil —mirando con desprecio al ciudadano— ¿qué te estás creyendo?, ¿un Gandhi? Tú lo que eres es un vendido. Un revoltoso, igual que éste.
Subversivo: No, guerrerista, déjate de cuentos, este sapo es de ustedes.


Pasaron los años, los amigos se amañaron en sus papeles, se volvieron disfraces tradicionales del carnaval. En el 2008 participaron nuevamente, ahora improvisaban lo siguiente:

Guerrerista: Yo marcho en contra de esos terroristas. En contra —con gesto de orador— de esos crueles asesinos y secuestradores.
Ciudadano:Yo no marcho en contra de ninguno, yo marcho a favor de la paz. Para que ustedes se reconcilien.
Guerrerista: Ciudadano, tú, de nuevo con pendejadas -—totalmente ofendido.
Subversivo: Sí, ciudadano, eres un vende patria. Un cobarde, dándole el lado a los corruptos. ¿No ves que esos son lobos vestidos de ovejas?
Guerrerista: Pienso que la Íngrid se autosecuestró… sí… para aparecer luego como víctima y de nuevo lanzarse como candidata.
Subversivo: Oye guerrerista, ¿qué es lo que estás pensando? La Íngrid representa a la oligarquía. Ustedes son unos desgraciados, la han abandonado.
Ciudadano: ¡Hey! Más respeto, recuerden que estamos hablando de un ser humano. ¡Libérenla!
Guerrerista: Yo no me creo ese cuento de la Clara y de la Consuelo... bien arregladitas y de besitos con esos malhechores...
Ciudadano: ¡Cállense! ¡Insensibles! Para ustedes la dignidad de las víctimas no existe.


Estamos en el 2018, los tres amigos, ya setentones, confiesan que nunca pensaron que su caricatura les iba a durar tanto. Ya no les causa tanta gracia, están fastidiados. Sin embargo, deciden participar del desfile carnavalero. Ahora, en su representación callejera se les escucha decir lo siguiente:

Ciudadano: ¡Oigan! Les repito, busquen mediación, diálogos, paz.
Guerrerista: ¿Otra vez tú con tus idioteces?, ¿no ves que les estamos ganando? Recuerda, la dignidad y el orgullo por encima de cualquier cosa —con grandilocuencia.
Subversivo: ¿Que nos van ganando? Ja, ja… ni de vainas, aunque diezmados, noso-tros seguimos peleando.
Ciudadano: Oigan, paren. En serio, paren —visiblemente agotado—. Yo ya no sigo con este cuento. Yo mejor los dejo solos, ustedes están locos.
Se detienen, se sientan a descansar en un bordillo. Con los disfraces desabotonados, conversan relajados. Reconocen decepcionados que, después de todo, su pretendida comedia no fue otra cosa que una desgracia, una maldita tragedia. Hasta hoy, 28 de enero de 2020, la guerra en Colombia continúa; de los tres amigos nada se volvió a saber.

Columna de opinión publicada en El HERALDO

miércoles, 23 de enero de 2008

El Carnaval, el reino de la ambigüedad


Por Hugo González Montalvo
La esencia de lo carnavalesco es su indefinición: nadie sabe con precisión cuál es su lugar, ni el lugar del otro. Todo parecer ser y no ser al mismo tiempo.
Amargados interpretan desafinados canciones de despecho para alegrarse falsamente, rumiando su dolor, sumergidos en la tristeza de sus letras.

El licor sirve de excusa para hacer el ridículo sin la pesada consecuencia de pasar la vergüenza. Los ritmos auténticos buscan desesperadamente parecerse a los extranjeros. El hambre se disfraza de opulencia para alimentarse del prestigio de la falsa apariencia.


El desempleado se rebusca con el disfraz de indigente. El rebusque se transforma en folclor. El folclor se desnuda y aparece como otra forma del rebusque. La autoridad se ejerce finalmente: ordena que la mejor manera de estar ordenados es seguir en el desorden. El espectador goza el goce del otro en la pantalla de la televisión, es el dominio de la representación, donde se supone que es la oportunidad deseada del imperio de la participación. Muchos se lucran con la gratuidad de mi espontánea celebración de la vida.
F0to Tania Oliveros
Mientras yo estoy en el ocio, otros están en el negocio. Mientras yo creo seducir, el otro me atrae con su encanto interesado. El sicario mata con una sonrisa.
El violento te golpea para felicitarte. Me río de mí mismo al saber que me parezco a los demás en su reír sin sentido. La máscara que exhibe mis deseos ocultos me permite mirar sin prohibición la verdad del otro enmascarado.
Las comparsas marchan rigurosamente disciplinadas en la fiesta del desorden vital. Transitan vestidas de manera uniforme donde se supone que es el espacio y el momento de la exuberancia de la creatividad, de la estética sin límites, de la imaginación libertaria. Se impone la repetición como norma, la diversidad acata sumisa las premisas de la coreografía de la reiteración. El control como condición. La libertad como señuelo para el consumo.
El poder hace alarde de su tolerancia, es condescendiente con la burla sin propósito crítico; es permisivo con lo superfluo, lo cómico no es una amenaza.En cambio, el humor, que no es para reírse, hay que tenerlo alejado, la sonrisa inteligente es casi subversiva. Al final, las páginas judiciales dirán si fue exitoso el festejo. Mi hambre continuará saciándose con los éxitos del amado equipo de fútbol. Le seguiré creyendo al politiquero, entiendo que si él es un mentiroso, yo también lo soy; así que siga el Carnaval. En últimas, siempre estará sonando en la radio ‘El ñato que mama ron’, los equipos de sonido seguirán haciendo ruido en toda la cuadra y proseguirá la negligencia deliberada de los burócratas.


F0to Tania Oliveros
Es posible que la vida cotidiana en la que cada uno participa, con su rol sin máscara, sea más carnavalesca que la que supuestamente se expresa en el Carnaval. La disciplina que se necesita para el progreso, la prosperidad, el incremento de la productividad y la innovación tecnológica se pone en duda ante la creencia de que la idiosincrasia festiva nuestra, expresada en la temporada del Carnaval, debe prolongarse durante todo el año.


F0to Tania Oliveros

Publicado en EL HERALDO, diario de Barranquilla, Colombia:
http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoConocimiento/Y/yel_carnaval_el_reino_de_la_ambigüedad/yel_carnaval_el_reino_de_la_ambigüedad.asp?CodSeccion=42

domingo, 20 de enero de 2008

"El descabezado" en el carnaval de Barranquilla

Foto La libertad
Por Hugo González M.

Cuando se escoge al disfraz ‘El descabezado’ como Rey Momo del Carnaval se reconoce a su actual portador Wilfrido Escorcia y a su familia la persistencia y el entusiasmo por mantener vivas las posibilidades de expresión de los sentimientos populares en las fiestas. El disfraz —un tambaleante recién descabezado por un certero machetazo, carnavalea horrorizando falsamente al público— en su inicio reflejaba la violencia fratricida de los años cincuenta, hoy mantiene su vigencia. Aunque ya poco se mata a machetazos por ser liberal o conservador sino que se utilizan sofisticados instrumentos en masacres por causa de tierras y rutas del narcotráfico, la tragedia es la misma. La farsa del descabezado nos recordará en las fiestas que somos parte de un país que ríe desconcertado su propia tragedia. Pero el carnaval es así, el mundo al revés. Será un carnaval presidido por el bacán Wilfrido, como Rey Momo, su parodia de la violencia lo acompañará en el trono.
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Publicado en EL HERALDO Barranquilla, Colombia.

lunes, 14 de enero de 2008

Bacanas y bacanes en las artes.Ver videos de Lennon, Santana, Marley...

Nos han solicitado que publiquemos nombres de personajes bacanes. Te invito a que sugieras nombres de personajes de la vida pública, del pasado o del presente que tú consideres fueron, o son, unos bacanes o unas bacanas.
Los postulados hasta ahora por los amigos y amigas son los siguientes:

En la música:

John Lennon



Yoyo Ma





Carlos Santana









Bob Marley







En el cine.


Charles Chaplin





la literatura:
· José Saramago
· Jorge Amado


Julio Cortazar



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¿Cuáles son tus postulados?

El reconocimiento como insurrectos y carnaval primigenio

Por HUGO GONZÁLEZ MONTALVO
En todos los tiempos y en todos los lugares, aclarar los conceptos es de vital importancia cuando se trata de iniciar conversaciones de paz con los enemigos. Por eso es primordial el actual debate que suscitó el presidente Chávez con su solicitud de reconocimiento internacional a las guerrillas. Repasemos algunas definiciones genéricas —despojadas de cualquier inmediato compromiso ideológico o propagandístico propio de partes involucradas en un concreto conflicto— y que podemos encontrar en cualquier diccionario académico (DRAE). ¿Quién es un rebelde? La persona que no obedece, que opone resistencia. ¿Qué es una rebelión? Delito contra el orden público, consistente en el levantamiento contra los poderes del Estado con el fin de derrocarlos. ¿Cuándo un grupo es insurgente? Cuando protagoniza un levantamiento contra la autoridad. ¿Qué es terrorismo? Dominación por el terror. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. ¿Qué es la política? Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados. ¿Qué es beligerancia? Reconocer a alguien la importancia suficiente para contender con él. Para que un grupo insurgente pueda ser reconocido como beligerante tiene que cumplir con exigentes requisitos del Derecho Internacional.Entonces, con la brevedad propia de una columna, podemos decir que las guerrillas son grupos insurgentes que, expresando una motivación política, se han declarado y actuado en rebelión contra el Estado colombiano. Son delincuentes que realizan acciones terroristas y secuestros. Reconocerles la condición de insurgentes a las guerrillas no elimina la calificación de terroristas. El Estado colombiano si de verdad tiene la voluntad de terminar el conflicto por la vía negociada tendrá que aceptar que conversará con insurgentes que han realizado actos terroristas. No puede ser de otra manera. Lo anterior no quiere decir que quien analiza serenamente y califica la condición del sublevado esté de acuerdo con sus acciones u opiniones.
o0o
Como consecuencia de la exitosa operación humanitaria que permitió la liberación de Clara Rojas y Consuelo González, vislumbremos los posibles acontecimientos que este hecho histórico puede desencadenar. Hagamos el ejercicio, primero con una visión pesimista y después con una esperanzada.Las personas que por algún motivo profundo guardan en su corazón resentimientos, deseos de venganza o que tienen ciertos intereses económicos en juego, seguramente tratarán de sabotear cualquier intento de promoción del acuerdo humanitario. Insistirán con los inamovibles: “Con los terroristas, ni hablar. Continuemos con la guerra. ¿Las personas secuestradas?... de malas”. Según esta visión insensible el año 2008 finalizará con una situación similar o peor en materia de conflicto armado.
Los ciudadanos positivos y esperanzados creen que la alegría colectiva expresada por los colombianos al conocer la liberación de las dos damas va ser recibida por el Gobierno y la guerrilla como un mensaje que transmite el deseo de paz de la mayoría de la población del país.
Clara Rojas y Emmanuel, Icbf.
Las partes deberán comprender que el pueblo está hastiado de la guerra. Que el amor a la patria no debe confundirse maquiavélicamente como amor a la guerra. Las organizaciones sociales y los partidos políticos, que fueron espectadores televisivos de la liberación, ojalá se decidan, por fin, a luchar con seriedad y constancia para alcanzar la paz. La esperanza es que el Gobierno colombiano en un acto de sensatez política anuncie que las Fuerzas Armadas del Estado son tan fuertes que no temen que pasados 45 días después de haber suspendido operaciones militares en una zona de encuentro vayan a perder el control del mismo. Y anuncien al país y a la comunidad internacional que aceptan iniciar conversaciones en una zona de diálogos. ¿Cuál de las dos visiones usted atrae con sus actuaciones y pensamientos?

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Para finalizar, un tema local y menos trascendental. Sabemos que el Carnaval, históricamente, es una fiesta en la que la comunidad se concede licencia para descontrolarse, para gozar con sus propios excesos y deschavetarse con sus excentricidades. Disfrazados y confiados por la camaradería del ambiente, los espontáneos participantes del Carnaval se aventuran desinhibidos a deambular en un espacio que sin barreras está concebido para que puedan intercambiar constantemente los papeles de actor y espectador. La anterior descripción es lo que se entiende como un modelo de Carnaval. Hoy es muy raro encontrarlo en su estado primigenio, salvo en pequeñas comunidades. En nuestro Carnaval todavía lo podemos hallar en fiestas familiares, en los clubes sociales y en algunas verbenas populares. La versión criolla del Carnaval enfatiza en los desfiles (paradas), como espectáculos principales; que no son, en estricto sentido, espectáculos de Carnaval; las autoridades los prefieren porque son más fáciles de controlar de principio a fin. Hay que anotar que en estos desfiles la cultura urbana emergente es opacada por la folclórica y rural; se advierte en ellos una atmósfera nostálgica, conservadora y repetitiva. Por fortuna se mantiene lo mejor, orgullo de nuestro Carnaval, el espíritu alegre y juguetón de nuestra gente.
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Publicado en el diario EL HERALDO de Barranquilla, Colombia.

jueves, 10 de enero de 2008

Bacanas y bacanes propuestos por Patricia

Patricia Iriarte orianauta@yahoo.es , periodista y poeta caribana, propone una lista de personajes que para ella encarnan el espíritu de la bacanería en las artes.

En música:

Rubén Blades


Chavela Vargas, Richard Bona, Totó, Shakira, Carlos Vives, Catalino Parra, el Joe...
En Cine:
Majid Majidi, Gutiérrez Alea, Rocha, John Huston, Asif Kapadia, Guillermo del Toro, Jane Campion...
En literatura...Amado...