jueves, 31 de julio de 2008

Carnaval de Barranquilla, la dificultad está en el modelo, ¡el modelooo!

Modelo desfile en carnaval de Río de Janeiro, Brasil
En Barranquilla con respecto al Carnaval se sigue buscando la calentura en las sábanas. En efecto, se sigue creyendo que la dificultad consiste en quién administra las fiestas, cuando el problema estriba en el modelo de Carnaval que se está adoptando. Existe, para simplificarlo, dos modelos: el carnavalesco que permite que la gente circule libremente por calles y plazas (Venecia) y el de desfile que limita el espacio y divide al público entre actores y espectadores (Río, Brasil). Si el Carnaval de Barranquilla no retoma su modelo original, carnavalesco, podría desaparecer. El modelo desfile es propicio para el negocio de las élites y el rebusque de los pobres. Por eso, en el fondo, ambos sectores lo defienden. La insistencia en los desfiles la percibo como la destrucción colectiva del patrimonio cultural.
Publicado en EL HERALDO, de Barranquilla , Colombia.
A todos los amables lectores muchas gracias por su atención. Los invito a que participen, dejando sus comentarios al final de texto, en la Tertulia virtual :
¿Pueden coexistir los dos modelos de canaval ?
Gracias.

El Carnaval de Barranquilla, entre lo público y lo privado

Por HUGO GONZÁLEZ MONTALVO
Luego del fallo del juez que inhabilitó a Carnaval S.A. para seguir organizando las fiestas, los barranquilleros tenemos en estos momentos una magnífica oportunidad para pensar y decidir qué hacer con nuestro principal patrimonio cultural.El señor Alcalde debe estar atento para determinar cuál es la mejor opción entre las muchas que seguramente se expondrán. Como ciudadano participo en la reflexión aportando algunas opiniones al respecto.
En el año 86, llego a Venecia, en pleno carnaval. Me acerco a la inmensa Plaza de San Marcos, con curiosidad noto que a ninguno se le cobra por ingresar.Ya en el majestuoso espacio, lo recorro sin restricciones. Veo que los presentes, con máscaras y disfraces, interactúan libre y espontáneamente.Todos somos, a la vez, espectadores y espectáculo. Se comparte una atmósfera de misteriosa y elegante complicidad con el otro.Después, transito las callejuelas adyacentes, atravieso los puentes y encuentro por doquier músicos, bailarines, acróbatas y teatro.En esos espacios para el esparcimiento colectivo nunca fue necesaria la presencia ostensible de ningún policía. Conservo de esos días el recuerdo de haber vivido en un ambiente de permisión y respeto al goce.

En el tren de retorno a Florencia, la sede de mis estudios de cinematografía, me resonaba aún la antigua frase en latín con que alardeaba Loredanna, una amiga italiana: “Semel in anno licet insanire”, que traduce “Una vez al año es lícito enloquecer”.Después, en las cátedras de comunicación visual, teoría del espectáculo, semiología de la cultura y las conferencias del semiólogo Umberto Eco con mis compañeros de estudio tuvimos la oportunidad de debatir los conceptos de carnavalización en la sociedad contemporánea y sus implicaciones con la postmodernidad.

Mucho tiempo después regreso a mi tierra, asisto al carnaval en la Vía 40. Hay sogas que dividen el espacio y soldados que controlan. Una multitud pasiva que observa y unas comparsas y disfraces que desfilan.Para obtener una vista preferencial es preciso pagar para subir a los palcos. Se nota que el espectáculo, con su alegría, se resiste al orden que se le quiere imponer. Sin embargo, el espíritu festivo que reina hace que la gente muy poco se detenga a cavilar sobre si esa es la mejor manera de disfrutar sus fiestas.
Hago la anterior comparación solo para tenerla como una referencia. La intención es la de que nos sirva de guía hacia la posibilidad de encontrar una solución al conflicto que anualmente se nos presenta en nuestras fiestas: una población deseosa de participar en el carnaval y unos espectáculos que limitan esa participación.Además, se evidencia una contradicción entre el espectáculo público y gratuito que brinda una parte de la comunidad y el usufructo privado que algunos pocos hacen del mismo.Habría que separar lo público de lo privado, para que cese la confusión.

Una posible solución sería que el Estado (el Distrito) brinde condiciones favorables para que la comunidad organizada realice espontáneamente sus fiestas en adecuados espacios públicos previamente convenidos.Donde la gratuidad y la libertad sean requisitos indispensables para que las tradiciones del carnaval y el folclor se mezclen dinámicamente con las manifestaciones emergentes de las nuevas generaciones.Al tiempo, el Distrito debe facilitar a los empresarios privados la realización simultánea de espectáculos pagos de carnaval, ofrecidos esencialmente a turistas.De esta manera las cosas quedarían claras: las comparsas o disfraces que se presenten en esos espectáculos (los negocios privados) serán las que se contraten, pagándoles por sus servicios de recreación profesional.El grueso de ciudadanos, la mayoría que solo pretende gozar la fiesta, disfrazados como quieran, podrán deambular a sus anchas por calles y plazas de unas ciudadelas del carnaval en distintos barrios de la urbe donde sea realizable el sueño de que el espectáculo de carnaval se disfrute sin limitaciones.Esta es una condición necesaria para que retorne el carnaval originario, para que el barranquillero vuelva a ser no solo espectador sino el verdadero actor de las fiestas.

En resumen, es conveniente que la Alcaldía Distrital, como autoridad democrática, conserve la prerrogativa de coordinar la realización de los festejos pero, por un lado, debe ceder a las diversas asociaciones cívicas y populares la organización autónoma de las mismas. Y por el otro, estimular a los empresarios del entretenimiento y del turismo para que realicen sus propios negocios ofreciendo, por ejemplo, desfiles de carnaval en escenarios privados. De esa manera los intereses públicos y privados estarían separados.Las organizaciones sin ánimo de lucro de carnavaleros que promuevan la cultura popular podrán recibir aportes estatales para destinarlos a la diversión espontánea en los barrios.Los empresarios que arriesguen sus capitales privados, por su parte, podrán obtener lícitas ganancias de sus negocios de carnaval sin que para ello usufructúen para su propio beneficio bienes públicos sin contraprestación alguna. Todos ganan, nadie pierde. La ciudadanía y el señor alcalde, tienen la palabra.
Publicado en el diario EL HERALDO

Carnaval de Barranquilla: El modelo desfile, crisis del espectáculo.


Qué es un espectáculo?
Son diversas las actividades que se califican como espectáculo, se entiende comúnmente que es una determinada actividad que se exhibe para que alguien la contemple.Se concreta en una “relación espectacular”. Integra una mirada, una distancia y un cuerpo o algo llamativo que se expone.Es una acción que se realiza para captar la atención y provocar el asombro. Esta relacionada con las emociones intensas, la diversión y las artes.
El desfile, un modelo de espectáculo.
Los desfiles, las paradas o marchas militares, son espectáculos itinerantes. Los participantes transitan por un escenario clausurado. Los organizadores imponen límites al espacio. Pueden decidir el recorrido del desfile y quienes pueden recorrerlo.Detrás de la barrera, la población excluida se convierte en el público espectador. No puede intercambiar su rol.El desfile de las escuelas de samba del carnaval de Río de Janeiro, es un ejemplo de este modelo. Se pasó de la espontánea celebración de los barrios populares al sambódromo. Hoy el desfile oficial es más que todo un espectáculo para la televisión.
El modelo de desfile en las carnestolendas de Barranquilla.
En 1903 parte de las fiestas de carnaval que se realizaban en los salones del "Club Barranquilla" se trasladan a la calle, adicionando el sábado a las carnestolendas locales. Para su presentación pública se opta por el modelo del desfile, la " Batalla de Flores". La procesión de coches es ahora parte del carnaval de la calle. Adornados, transitan exhibiendo una estética de marcada influencia europea.Por instantes algunos espectadores se percibían como unos extraños en su propio ambiente. Con el transcurrir del siglo XX La Batalla de Flores se va transformando. Poco a poco se incrementa la presencia simbólica de los medios masivos de comunicación y la industria cultural. La cultura de masas hace su aporte al desfile. Personajes y situaciones provenientes de la industria del disco, la radio, los comics, el cine y la televisión son motivos de graciosas e irreverentes burlas.
Aumenta el deseo de ver.
Con el crecimiento de la población aumenta el deseo de ver. Se exacerba la competencia entre quienes quieren ver mejor el espectáculo. El desfile como oportunidad para divertirse adquiere un gran valor social. Se establece el derecho de admisión para observar el desfile. Se instalan palcos. Las circunstancias nuevas van convirtiendo, sin que se pueda controlar, a los desfiles de carnaval en una excelente fuente de lucro. Para algunos lo ideal es copiar comercialmente el desfile oficial del carnaval de Río de Janeiro.
La vía es insuficiente
Hoy la avenida, vía cuarenta, por donde transita el desfile, es insuficiente para albergar a la numerosa masa que se precipita a verlo. ”No hay cama pa´ tanta gente”. Sabemos de la preocupación de las autoridades y de la ciudadanía por resolver esta dificultad. Lo que se pretende es preservar la calidad y la autenticidad de las fiestas. Algunos entusiastas, de muy buena voluntad, solo han repetido la procesión en otros sitios. Inclusive han propuesto un “cumbiódromo”.
Alternativa
Se propone que se realicen unas Ciudadelas del Carnaval. Que, en algunas calles y plazas desde la mañana hasta la madrugada, acontezca libre el carnaval. Para que al fin se reestablezca el sano y esperado desorden del carnaval.

El modelo carnavalesco de espectáculo en el carnaval de Barranquilla.


El Modelo Carnavalesco de Espectáculo.

El espectáculo carnavalesco es el propio de la fiesta popular y es el más antiguo que se conoce. Ya los griegos lo celebraban hace 3.100 años.Quien mira es también cuerpo que se exhibe. En el carnaval puedo exhibir sin restricciones mi cuerpo transformado, disfrazado y simultáneamente observar el de los demás.El espacio público se ofrece sin divisiones ni clausura. Cada alegre participante intercala constantemente sus roles de actor y espectador.Es el tiempo para la danza, el gesto atrevido, la palabra picante y los objetos extravagantes.El cuerpo tiene licencia para seducir, el ojo para desear, la locura es permitida.El disfraz nombra lo que falta, lo prohibido, lo ansiado, lo reprimido se libera.


La plaza, la calle libre: el espacio por excelencia.

El espacio por excelencia del Modelo de Espectáculo Carnavalesco es la calle, la plaza. Ahí no hay posibilidad de establecer un punto de vista privilegiado. Quien mira, en su desplazamiento constante, sabe que su visión del carnaval es parcial, fragmentaria y azarosa.En el carnaval no hay certeza, la propiedad (de la mirada, del deseo, del cuerpo, de la palabra o del espacio) es ilegítima.Quien quiera apropiarse de la diversión viola las reglas de juego. En el carnaval nadie debe perder.El carnaval en su esencia es un ejercicio de libertad, cada cual elige un trayecto entre los infinitos posibles. Es una invitación a que a todos participen del des-orden.Vigencia del modelo.Muchas partes del mundo el espectáculo de carnaval auténtico aún se conserva vigente. En nuestro entorno se preserva cuando la gente se toma espontáneamente las calles para celebrar acontecimientos festivos. La relación amistosa y jacarandosa del modelo carnavalesco se mantiene en los fandangos, las comparsas y en las verbenas los barrios populares.


El modelo carnavalesco en las carnestolendas de Barranquilla.

Por lo que dice la historia, se puede afirmar que en las carnestolendas de Barranquilla, hasta principios del siglo XX, predominaba el modelo carnavalesco. Se presentaban, aisladas o mezcladas, manifestaciones festivas de origen popular urbano y las provenientes de las riberas fluviales de la región. Músicos y coreografías tenían libertad de movimientos en un amplio espacio público de la ciudad, dos condiciones indispensables para realizar el juego de carnaval.Sabemos que había fiesta libre de carnaval en lugares como "La Plaza 7 de Abril", "El Barrio de Abajo", "La Esquina del "Cañón Verde", "La Calle de las Vacas", "La Plaza de la Aduana" "La Plaza de San Nicolás etc.Los alegres barranquilleros circulaban gozosos, en grupo o individualmente, en "Los Asaltos", "Las Guachernas", "Los Salones Burreros", "La Vara Santa", "Las Rondas de Cumbiambas", "La Lectura del Bando", "La Conquista", "El Entierro de Joselito", "Las Verbenas Populares", "Las Danzas de Relación","Las Letanías", "Las Comedias".

En nuestro entorno se preserva el modelo carnavalesco cuando la gente se toma espontáneamente las calles para celebrar acontecimientos festivos. La relación amistosa y jacarandosa del modelo se mantiene en los fandangos, las comparsas y en las verbenas los barrios populares.

Hoy, la hegemonia de los desfile está representando un peligro para la tradición del carnaval de Barranquilla.

miércoles, 30 de julio de 2008

"Ciudadelas del Carnaval", una propuesta para revitalizar el carnaval de Barranquilla.


El hecho cultural:
El carnaval de Barranquilla es una de las más importantes fiestas de Colombia (Patrimonio de la Humanidad). Se destaca por la riqueza folclórica, la alegría de los espectáculos y el entusiasmo de los barranquilleros. Sin embargo, el crecimiento de la población ha creado algunas dificultades, principalmente en los desfiles tradicionales.


Propuesta de Ciudadelas de Carnaval.

Se propone que en determinados sectores de la ciudad, en un espacio público sin divisiones ni clausuras (previamente acondicionadas, con todas las medidas de seguridad, engalanadas y decoradas) se realicen los carnavales. En estas cuadras, avenidas, bulevares, plazas o parques, llamadas Ciudadelas del Carnaval, se desarrollarían las fiestas al aire libre, la población podría deambular con sus propios disfraces en un espacio sin barreras. En las ciudadelas carnavaleras habría una circulación permanente de monocucos, marimondas y toritos para asombro y deleite de los turistas. La calle sería un espontáneo escenario con bailes, orquestas y comparsas. Una ocasión para que los barranquilleros exterioricen su imaginación y su creatividad. Allí los carnavales se harían siguiendo el modelo de espectáculo carnavalesco, que se caracteriza porque en ellas se pueden intercalar los roles de actor y espectador. Puedo mirar y también exhibir mi cuerpo transformado o disfrazado. El cuerpo seduce, el disfraz libera lo reprimido, el ojo desea.

La propuesta es sencilla. No es absolutamente original, está basada en la tradición, y recoge la opinión de muchas personas que son habituales participantes de las fiestas. Es la reposición del modelo histórico de espectáculo carnavalesco. Esta concebida con el ánimo de ampliar la participación popular en el carnaval. Las ciudadelas serían una alternativa para que el carnaval sea notoriamente diferente cada año.

Se podría así distribuir por toda la ciudad el creciente público ansioso por divertirse. Estas fiestas se pueden realizar simultáneamente en diversos barrios de la ciudad: Recreo, Boston, Prado, Simón Bolívar….. etc

Por ejemplo, las ciudadelas en un barrio: El Barrio Abajo.

Algunos habitantes del Barrio Abajo, pueden proponer su vecindad como un lugar apropiado para dar inicio a este experimento que integraría armónicamente lo emergente con lo ancestral. Las razones para la postulación son muchas: su excelente ubicación urbana; la memoria histórica, el espíritu carnavalero y sentido de vecindad que conservan sus residentes; su arquitectura tradicional; la presencia de gran cantidad de artistas y grupos folklóricos entre sus moradores. Prueba de lo anterior es la experiencia exitosa de la comparsa “ La Rebelión de las Autenticas Marimondas del Barrio Abajo”.

Aporto una experiencia personal:

Junto con un grupo de entusiastas vecinos y amigos del Barrio Abajo, integrados en ese momento en la Red Cultural Caribanía, realizamos unos ensayos de esta idea. En algunas calles del barrio, los días 15 de febrero y 3 de marzo de 2003, comprobamos la factibilidad de la propuesta: realizamos recorridos de gente disfrazada, se pintaron murales, la gente se concentro en algunas esquinas. Estuvo divertido.

Otra experiencia personal:

El carnaval es una fuente de poder, para lo bueno o para lo peor. Puede ser también un magnifico ejercicio de participación democrática de la ciudadanía. El carnaval es una acción colectiva de la comunidad, expresión de rebeldía y de carácter libertario. Yo tuve una experiencia en el Carnaval Alternativo de Venecia en 1986, realizado todos los años por jóvenes rebeldes que retan al carnaval oficial. Brevemente comento. Fue una vivencia intensa de anarquismo cultural en su más pura expresión. Ahí todo era radical y contestatario: los vestidos, la música, los gestos, etc. Este carnaval, por supuesto, no es publicitado.

La decisión final, sobre esta propuesta, depende de muchos factores, por lo pronto nos corresponde divulgarla. Y si es preciso en el próximo carnaval hacer un ensayo con todas las de la ley. Las autoridades y ciudadanos barranquilleros tendrán la palabra.

lunes, 28 de julio de 2008

Violencia en Colombia, sin pan y con mucho circo


Por HUGO GONZÁLEZ MONTALVO
En tertulia, unos amigos conversan, un extranjero es quien más pregunta:

Y tú, ¿qué crees?
Creo que esos niños mueren de hambre por “la violencia estructural”.


Botero
¿Cómo así?
Hay un tipo de violencia que percibimos de manera directa y hay otra que no entendemos quién la causa. Esa es la que se llama violencia estructural, es la causada por la injusta estructura económica, social y jurídica de un Estado.

¿Y por qué sucede eso en Colombia?
Una de tantas razones, la sociedad ha aceptado la desigualdad como una condición natural. Está convencida de que la pobreza es consecuencia del destino, nacer en un hogar en la indigencia es un designio de Dios y lo único que hay que hacer es aceptarlo.
Pero no siempre es así…
Cierto, los individuos luchan por superarse, pero las oportunidades son desiguales. Por más que procuran salir de la pobreza, la falta de educación, de salud, de vivienda y de empleo, son adversidades tan grandes que definitivamente no pueden progresar.


¿Y cómo deberían ser las cosas para que los niños no se mueran de hambre?
Los gobernantes deben cumplir con su obligación constitucional de brindar seguridad alimentaria a las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad por causa de la indigencia y la pobreza extrema. El Estado social debería en su presupuesto asignar suficientes recursos para atender estas necesidades urgentes.
¿Y por qué no lo hacen?
Entre muchas causas, porque se destinan las mayores partidas a los gastos de guerra.
¿Y por qué están en guerra?
Hay una situación compleja: miseria, pronunciada desigualdad, ignorancia, corrupción, narcotráfico, ansias de poder, ansias de lucro, pérdida de los valores, una democracia imperfecta y degradada, etc., que no han permitido que en la sociedad colombiana se consolide una cultura que encauce la política hacia un ejercicio ético que promueva la convivencia pacífica con justicia social; es decir, que se busque con racionalidad la solución a las necesidades básicas de la población.
Autor: Ricardo Delgado Herbert

¿Y quiénes son los culpables de esto?
Los sectores pudientes, por egoístas. Los sectores pobres por vender el voto. Los medios de comunicación por ser complacientes con la injusticia. La Iglesia por bendecir la desigualdad. Las universidades por callar. Los violentos por sanguinarios. En fin, muchos actores hacen que prevalezca una cultura de la muerte y de la resignación.


¿Se puede superar esta situación?
Claro, acabando con la guerra mediante diálogos y comprometiéndonos todos a jugar limpio, a ser decentes. Creando condiciones democráticas para la prosperidad, para que se puedan elegir legisladores y autoridades honestas. Constituyendo un Estado de bienestar donde se compartan los beneficios de la producción nacional, donde se utilicen mayores recursos, los que antes se empleaban para la guerra, para la seguridad social.
¡Pero eso no es fácil!
Claro que no, sobre todo si la gente continúa embobada discutiendo de qué color es la cuerda que los va a ahorcar. Es víctima de otra violencia estructural: la violencia cultural.



Explíqueme.
Los medios de comunicación, sobre todo la radio y la TV, encauzan la atención hacia lo superfluo. Todo lo convierten en chiste. Mientras que la inseguridad crece con la pobreza, los desempleados con el estómago vacío discuten sobre fútbol, vallenato o celebran con orgullo patriótico que casi ganamos Miss Universo. Ni se inquietan porque el jefe del principal partido de la coalición de gobierno, sospechoso de ser un paramilitar, esté preso.
Continúe usted con la tertulia.
Publicado en EL HERALDO

domingo, 20 de julio de 2008

Los colombianos queremos diálogos de paz ¡YA!

Reciban un cordial y colombianísimo saludo. Algo que fue recordado en las marchas del 20 de julio:

Colombia, ¡Es una bacanería!
Pero sería mucho más bacana en paz
Por eso: queremos ¡paz!, ¡paz!,
Queremos diálogos de paz ¡YA!

Hay que tener en cuenta que si hay secuestrados por la guerrilla es porque hay un conflicto armado y si queremos solucionar el problema de los secuestros definitivamente hay que acabar con esa guerra perversa y que para acabar esa guerra no basta con las marchas y más guerra, se necesita que se inicien diálogos de paz. Así de sencillo, eso lo entiende cualquiera. Por eso, creemos que por eso se aprovechó esta nueva y estupenda marcha para solicitar a las partes que por favor inicien diálogos de paz
Acabar con la guerra interna en Colombia por medio del diálogo,
debería ser un propósito colectivo,
no soportamos más pérdida de los valores.
Las próximas generaciones de colombianos tienen derecho a vivir en medio de la decencia
.

Si el Gobierno considera que el paramilitarismo está controlado y que las Farc están debilitadas, si la guerrilla dice en su último comunicado: “mantenemos vigente nuestra política por concretar acuerdos humanitarios que logren el intercambio”, ¿por qué el Gobierno no aprovecha este momento de máxima popularidad y busca contactos para iniciar diálogos de paz? Nadie en Colombia lo criticará, ninguno pensará que es endeble con los subversivos.
Señor Presidente, usted tiene la palabra.

Solicitar diálogos de paz
fue también
uno de los motivos de
las marchas del 20 de Julio.

lunes, 14 de julio de 2008

Bacanería en la RAE, va por buen camino.

Real Academia Española
El 29 de enero presenté a la Real Academia Española la propuesta, sustentada teóricamente, de introducir el vocablo: bacanería en la próxima edición de su diccionario (bacaneriaplanetaria.blogspot.com). Ésta aceptó estudiarla. La RAE le solicito el aval a la Academia Colombiana de la Lengua y ésta le encargo a encargó a Juan Gossaín y a Daniel Samper su redacción. Si llegara a prosperar, los caribeños estaremos muy orgullosos de que un aspecto de nuestra cultura popular quede reconocido de manera universal.
Publicado en el diario EL HERALDO


http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoConocimiento/W/wcolumizquierda/wcolumizquierda.asp?CodSeccion=42

“La izquierda del Corazón”, ¿partido de Ingrid Betancourt?

Por Hugo González Montalvo
Los colombianos vivimos en estos días una euforia colectiva, la política es tema constante de conversación. A propósito de las recientes declaraciones de Íngrid Betancourt a la B.B.C, surgen algunas inquietudes.Uribe dice: la inseguridad es la que genera los problemas sociales en Colombia. Íngrid dice: son los problemas sociales los que generan la inseguridad. Por eso se declaró de izquierda: “como el corazón está a la izquierda y es ahí donde siento la desazón cuando veo la injusticia social, entonces soy de izquierda”. Recordemos: los partidos de izquierda son aquellos que procuran el cambio social en una dirección igualitaria y los de derecha son los que conservan y justifican la desigualdad. ¿“La Izquierda del Corazón” será el nombre del nuevo partido político de Íngrid?Íngrid dice: “sin las Farc no hay Uribe”, otros dicen: “sin Uribe ya no habría Farc”. Actualmente la opinión pública, hastiada de la guerra, triunfa sobre la tradicional cultura política democrática. La cultura política de los pueblos son las ideas políticas internalizadas, aceptdas como correctas por la comunidad, son las utopías y deseos que cosquillean en la conciencia colectiva. La opinión pública, por el contrario, es coyuntural, circunstancial, se percibe mediante encuestas y es fácilmente manipulable por los medios de comunicación.Acabar con esta guerra, ojalá por medio del diálogo, debería ser un propósito colectivo basado en nuestra cultura política, no soportamos más pérdida de los valores. Las próximas generaciones tienen derecho a ser decentes. Si el Gobierno considera que el paramilitarismo está controlado y que las Farc están debilitadas, si la guerrilla dice en su último comunicado: “mantenemos vigente nuestra política por concretar acuerdos humanitarios que logren el intercambio”, ¿por qué el Gobierno no aprovecha este momento de máxima popularidad y busca contactos para iniciar diálogos de paz? Nadie en Colombia lo criticará, ninguno pensará que es endeble con los subversivos. Señor Presidente, usted tiene la palabra. Solicitar diálogos de paz también debería ser uno de los motivos de las marchas del 20 de Julio.
Publicado en EL HERALDO de Barranqilla, Colombia.