domingo, 29 de noviembre de 2009

Del Manifiesto Artivista

Columna de opinión, EL HERALDO, diario de Barranquilla, Colombia.
http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoConocimiento/C/colum30nov-3/colum30nov-3.asp?CodSeccion=52

Por Hugo González Montalvo
Muchos ciudadanos artistas expresan, de manera consciente y sincera, sus emociones e ideas a través del artivismo. Asocian el arte con la vida, la idea con la acción, el trabajo con la obra, la pasión con la producción. Sus obras son, al tiempo, acciones políticas directas y obras artísticas. A esta forma particular de expresión estética no violenta la llaman ‘artivismo’, palabra (acrónimo) que une el concepto tradicional de ‘activismo político’ con el de arte. El ‘artivismo’ es optimista, responsable y alegre; es un accionar ético, estético y lúdico. Está motivado por fuertes emociones: la indignación por la injusticia y el entusiasmo por la vida. Como ciudadanos, los artistas tienen la necesidad de expresarse políticamente con sus creaciones estéticas. Los ‘artivistas’ exploran nuevos sentidos del concepto Arte, e indagan por el papel del artista en la sociedad. Los ‘artivistas’ valoran los contenidos teórico-plásticos de las obras, igual que su efectividad social. En sus creativas formas de denuncia social utilizan habilidades persuasivas propias de la publicidad. En los movimientos sociales, suman esfuerzos y técnicas para conseguir obras de gran impacto mediático, con el apoyo de redes digitales amigas de alcance global.

Los ‘artivistas’ realizan acciones en lugares no convencionales para las manifestaciones artísticas. Hacen parte de los circuitos libertarios de culturas alternativas. Las decididas acciones directas de los movimientos antiglobalización, las protestas en Seattle (EE.UU.) y Génova (Italia), estimularon a los colectivos de ‘artivistas’ de todo el mundo. Hoy, grupos de estudiantes, artistas, feministas, ecologista, pacifistas, indígenas… cuando optan por protestar, se esfuerzan por realizar acciones más convincentes y emotivas. Con creatividad y humor se empeñan por desarrollar formas fascinantes e inusuales de protesta social. Efectúan exposiciones de arte autogestionadas en lugares públicos, motivan a la reflexión y la acción participativa de manera masiva.

Algunos ‘artivistas’ participan también en los circuitos comerciales y oficiales del arte, aún a sabiendas de que ahí todo acto de inconformidad social es controlado y, finalmente, asimilado. Ésta sutil absorción del hegemónico ámbito convencional del arte resulta devastadora. El sentido de rebeldía y las connotaciones políticas de las obras se esfuman. Los ‘artivistas’ perciben que en las galerías y museos las obras de arte hacen parte de un juego banal. El público, a veces, da la impresión, por la trivialidad de sus reacciones rituales, de que lo que aprecia en realidad es el sentido de espectáculo que ofrecen las obras, aptas para disfrutar en los ratos de ocio. El espectador, manteniendo siempre la conciencia del engaño, sabe que todo es una simulación. La protesta resulta pueril, no es parte de la vida, es un simple simulacro.

Los ‘artivistas’, en cambio, se instauran en la vida. Sus obras son hechos sociales vivenciales, acciones reales. No meras representaciones. Los ‘artivistas’ tratan de abandonar la idea romántica del artista genio aislado en su torre de marfil. Saben que lo que está en juego hoy no es la posibilidad de supervivencia del arte en nuestra sociedad sino la posibilidad de actuar a tiempo para conservar la vida humana en el ecosistema planetario.

Adenda: Pueden consultar el manifiesto artivista en este mismo blog:
http://caribaniaplanetaria.blogspot.com/2009/11/artivismo-obras-y-apartes-del-texto-del.html

jueves, 26 de noviembre de 2009

Artivismo. Obras y texto del Manifiesto Artivista

Manifiesto Artivista
Nosotros (artistas plásticos, músicos, escritores, coreógrafos, actores, fotógrafos, humoristas, cineastas, teatreros, folkloristas, mimos, poetas, pacifistas, bailarines, estudiantes, profesionales, docentes, humanistas, ecologistas, periodistas, científicos) manifestamos que nos complace expresar, de manera consciente y sincera, nuestras emociones e ideas a través del artivismo. Asociamos el arte con la vida, el trabajo con la obra, la pasión con la producción, la idea con la acción. Nos nutrimos de la experiencia histórica de artistas de todo el mundo que en circuitos alternativos, y lugares no convencionales, han realizado activismo político desde hace mucho tiempo. Muchos artivistas participan con propuestas diversas en los circuitos comerciales y oficiales del arte, aún a sabiendas de que todo acto de inconformidad social es tolerado, controlado y asimilado por el sistema institucional del arte.
Nuestras obras son simultáneamente acciones políticas directas y propuestas artísticas. A esta forma particular de expresión estética no violenta le llamamos “ARTIVISMO”, palabra (acrónimo) que une el concepto tradicional de “ACTIVISMO POLÍTICO” con el de ARTE. El artivismo está motivado por fuertes emociones: la indignación por la injusticia y el entusiasmo por la vida. Surge por la necesidad que tenemos, como artistas y como ciudadanos, de expresarnos políticamente con nuestras creaciones estéticas. El artivismo es para nosotros un accionar ético, estético y lúdico.



Los artivistas tratamos de explorar nuevos sentidos del concepto Arte e indagamos por el papel del artista en la sociedad. Los artivistas valoramos los contenidos teórico-plásticos de las obras igual que su efectividad social. Utilizamos habilidades persuasivas de la publicidad y de la comunicación política. Sumamos esfuerzos y técnicas para conseguir obras memorables de gran calidad. Con nuestras acciones artísticas procuramos generar un gran impacto mediático con el apoyo de redes digitales de alcance global.
Muchos artivistas participamos en los movimientos sociales, donde implementamos formas creativas de denuncia social. Los artivistas tenemos en común el interés por concienciar a la sociedad de sus problemas y de sus posibles soluciones. Nuestro accionar es optimista, responsable y alegre.
Desde el final del siglo XX, las decididas acciones directas de los movimientos antiglobalización estimulan la creación de muchos colectivos de artivistas. Después de las protestas en Seattle (EEUU) o Génova (Italia), grupos estudiantiles, artistas, feministas, ecologista, pacifistas, indígenas,… optamos por protestar con creatividad y humor, de una manera lúdica, divertida. Nos decidimos a innovar las formas tradicionales y desgastadas de protesta social desarrollando acciones fascinantes e inusuales. Realizamos exposiciones de arte autogestionadas en lugares públicos. Acompañamos a las organizaciones sociales para que sus acciones fueran más convincentes y emotivas. Motivamos a la reflexión y la acción participativa de manera masiva.
Los espacios institucionales del arte están perdiendo credibilidad, su capacidad de absorción resulta devastadora, hace que obras con serias y profundas connotaciones políticas pierdan su sentido. Gran parte del público tradicional de las galerías y museos considera las obras de arte sólo como parte de un juego banal, apto para disfrutar en los ratos de ocio. Por la trivialidad de sus reacciones rituales, da la impresión de que lo que más aprecia ese público cautivo es la condición de espectáculo de las obras. En el ámbito comercial del arte, la obra se convierte en una simulación, deja de ser parte de la vida para convertirse en un simulacro de la vida. En ese espacio controlado del arte institucional, el espectador sumiso interactúa con la obra manteniendo siempre la conciencia del engaño; está relajado porque sabe que el espectáculo es falso: la protesta de la obra es sólo una simulación.
Los artivistas nos instauramos en la vida; nuestra obra es un hecho social vivencial, una acción que cuestiona la realidad, no una mera representación. Los artivistas tratamos de abandonar la idea romántica del artista genio aislado en su torre de marfil. Lo que está en juego hoy no es sólo la posibilidad de supervivencia del arte en nuestra sociedad sino también la posibilidad de actuar a tiempo para conservar la vida humana en el ecosistema planetario. Invitamos a unirnos en una ASOCIACIÓN DE ARTIVISTAS.


Firman:
Colectivo artístico BBM, Bacanes y Bacanas del Mundo.
Hugo González Montalvo, director cinetelvisivo.
Katia Oliveros Cabarcas, artista plástica.
Geesborm Esteeven Niño, músico.
Fumpaz
Patricia Iriarte, poetArtivista,
Carlos Gómez, artista plástico
Luz Elsa Behaine, socialArtivista
Luis Mendoza artista plástico
Reynel Miranda, artista plástico
Raiza Zabala artista plástico
Jairo Reales, artista plástico
Antonio Almendrales, artista plástico
Ana Barragán, artista plástico
Hugo Morales, gestor actor
Melina Lizarazo,musicArtivista
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Nota: Puedes firmarlo y reenviarlo a tus amigos. También puedes enviar un mensaje de adhesión
bacaneriaplanetaria@yahoo.es para incluir tu nombre en el documento original publicado en esta misma entrada del blog.

Manifiesto Artivista

Hola
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Por solicitud de amigos artivistas hemos redactado el siguiente manifiesto.


Puedes enviar un mensaje de adhesión a:
bacaneriaplanetaria@yahoo.es
para incluir tu nombre en este documento.


Manifiesto Artivista

Nosotros (artistas plásticos, músicos, escritores, coreógrafos, actores, fotógrafos, humoristas, cineastas, teatreros, folkloristas, mimos, poetas, pacifistas, bailarines, estudiantes, profesionales, docentes, humanistas, ecologistas, periodistas, científicos) manifestamos que nos complace expresar, de manera consciente y sincera, nuestras emociones e ideas a través del artivismo. Asociamos el arte con la vida, el trabajo con la obra, la pasión con la producción, la idea con la acción. Nos nutrimos de la experiencia histórica de artistas de todo el mundo que en circuitos alternativos, y lugares no convencionales, han realizado activismo político desde hace mucho tiempo. Muchos artivistas participan con propuestas diversas en los circuitos comerciales y oficiales del arte, aún a sabiendas de que todo acto de inconformidad social es tolerado, controlado y asimilado por el sistema institucional del arte.

Nuestras obras son simultáneamente acciones políticas directas y propuestas artísticas. A esta forma particular de expresión estética no violenta le llamamos “ARTIVISMO”, palabra (acrónimo) que une el concepto tradicional de “ACTIVISMO POLÍTICO” con el de ARTE. El artivismo está motivado por fuertes emociones: la indignación por la injusticia y el entusiasmo por la vida. Surge por la necesidad que tenemos, como artistas y como ciudadanos, de expresarnos políticamente con nuestras creaciones estéticas. El artivismo es para nosotros un accionar ético, estético y lúdico. Los artivistas tratamos de explorar nuevos sentidos del concepto Arte e indagamos por el papel del artista en la sociedad. Los artivistas valoramos los contenidos teórico-plásticos de las obras igual que su efectividad social. Utilizamos habilidades persuasivas de la publicidad y de la comunicación política. Sumamos esfuerzos y técnicas para conseguir obras memorables de gran calidad. Con nuestras acciones artísticas procuramos generar un gran impacto mediático con el apoyo de redes digitales de alcance global.

Muchos artivistas participamos en los movimientos sociales, donde implementamos formas creativas de denuncia social. Los artivistas tenemos en común el interés por concienciar a la sociedad de sus problemas y de sus posibles soluciones. Nuestro accionar es optimista, responsable y alegre.

Desde el final del siglo XX, las decididas acciones directas de los movimientos antiglobalización estimulan la creación de muchos colectivos de artivistas. Después de las protestas en Seattle (EEUU) o Génova (Italia), grupos estudiantiles, artistas, feministas, ecologista, pacifistas, indígenas,… optamos por protestar con creatividad y humor, de una manera lúdica, divertida. Nos decidimos a innovar las formas tradicionales y desgastadas de protesta social desarrollando acciones fascinantes e inusuales. Realizamos exposiciones de arte autogestionadas en lugares públicos. Acompañamos a las organizaciones sociales para que sus acciones fueran más convincentes y emotivas. Motivamos a la reflexión y la acción participativa de manera masiva.

Los espacios institucionales del arte están perdiendo credibilidad, su capacidad de absorción resulta devastadora, hace que obras con serias y profundas connotaciones políticas pierdan su sentido. Gran parte del público tradicional de las galerías y museos considera las obras de arte sólo como parte de un juego banal, apto para disfrutar en los ratos de ocio. Por la trivialidad de sus reacciones rituales, da la impresión de que lo que más aprecia ese público cautivo es la condición de espectáculo de las obras. En el ámbito comercial del arte, la obra se convierte en una simulación, deja de ser parte de la vida para convertirse en un simulacro de la vida. En ese espacio controlado del arte institucional, el espectador sumiso interactúa con la obra manteniendo siempre la conciencia del engaño; está relajado porque sabe que el espectáculo es falso: la protesta de la obra es sólo una simulación.

Los artivistas nos instauramos en la vida; nuestra obra es un hecho social vivencial, una acción que cuestiona la realidad, no una mera representación. Los artivistas tratamos de abandonar la idea romántica del artista genio aislado en su torre de marfil. Lo que está en juego hoy no es sólo la posibilidad de supervivencia del arte en nuestra sociedad sino también la posibilidad de actuar a tiempo para conservar la vida humana en el ecosistema planetario. Invitamos a unirnos en una ASOCIACIÓN DE ARTIVISTAS.

Firman:
Colectivo artístico BBM, Bacanes y Bacanas del Mundo.
Hugo González Montalvo, director cinetelvisivo.
Katia Oliveros Cabarcas, artista plástica.
Geesborm Esteeven Niño, músico.
Fumpaz
Patricia Iriarte, poetArtivista,
Carlos Gómez, artista plástico
Luz Elsa Behaine, socialArtivista
Luis Mendoza artista plástico
Reynel Miranda, artista plástico
Raiza Zabala artista plástico
Jairo Reales, artista plástico
Antonio Almendrales, artista plástico
Ana Barragán, artista plástico
Hugo Morales, gestor actor
Melina Lizarazo,musicArtivista
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Nota: Puedes firmarlo y reenviarlo a tus amigos. También puedes enviar un mensaje de adhesión bacaneriaplanetaria@yahoo.es para incluir tu nombre en el documento original publicado en esta misma entrada del blog.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Obama batea con las bases llenas

Por Hugo González Montalvo.
Aunque el tratado firmado con los EE.UU sobre las bases militares no se altere en los próximos diez años, reconocemos que el Consejo de Estado, mediante concepto de su Sala Plena y respondiendo a una consulta del Gobierno, dejó constancia de su pulcritud ética y autoridad jurídica. Con vehemencia y claridad el Consejo le dijo al Gobierno que el tratado “es desbalanceado para el país”. Cuando uno lee el tratado y luego el concepto del Consejo de Estado (ambos disponibles en Internet) no deja de sorprender que esto haya podido suceder en pleno siglo XXI y que la ciudadanía de Colombia no se haya pronunciado indignada rechazando dicho acuerdo. Pienso ahora en las clases de Derecho Internacional en el Externado con el profesor Alfredo Vázquez Carrizosa; recuerdo lo entusiasmados que estábamos, estudiando la manera como los pueblos del mundo habían logrado ponerse de acuerdo sobre unas mínimas pautas de conductas.

Hoy, viendo como los conceptos de soberanía, autodeterminación y respeto al orden jurídico interno de los países son desconocidos con la firma de este tratado, me estoy convenciendo, cada vez más, de que esas clases no eran de Derecho sino de una extraña literatura de Ciencia Ficción.

El Consejo de Estado nos advierte: “de la forma como está redactado el tratado se deriva que los EE.UU determina las actividades a realizar y que Colombia es solo un cooperante. El tratado habla del uso y acceso de las instalaciones y bases militares sin determinar la forma y límites de los mismos”.


Si le sumamos que el tratado “permite al personal de EE.UU, el ingreso y permanencia con la identificación de Estados unidos, sin necesidad de pasaporte ni visa,” estamos ante la evidencia de que nuestro país se está convirtiendo en una extensión de los EE.UU: en un gigantesco portaaviones.
A propósito de la inmunidad para el personal militar y civil de los EE.UU acordada en el tratado, una noticia de este viernes: Los habitantes de la isla de Okinawa, provincia japonesa, durante la visita del presidente estadounidense Barack Obama salieron a la calle para gritar: "¡bases fuera!". ¿Razones? “Las polémicas sobre abusos y delitos generados por los marines de las bases militares estadounidenses en la isla han acabado con la paciencia de la población”.
Protesta contra la presencia de soldados estadunidenses en la base de Futenma, en la ciudad de Ginowan, en Okinawa, Japón.
Leyendo el tratado, uno también comprende el nerviosismo de nuestro vecindario. Las declaraciones del presidente de Venezuela es sólo una parte de la compleja situación de riesgo de guerra. Por eso, se hace necesario que la ONU actúe como intermediaria, aquí las partes involucradas son todos los países del continente.


Señor presidente Obama: ¿Si la intención del narcotráfico y de la insurgencia es desestabilizar las instituciones, ustedes no estarán haciendo lo mismo al desconocer principios básicos del Derecho Internacional y la legalidad interna de Colombia? ¿No habrá llegado el momento histórico de reconocer, de manera sincera, inteligente y global, que la lucha contra las drogas se perdió? ¿Por perseguirla policial y militarmente no estarán ustedes realizando daños peores que lo que ésta pudiera causar si estuviese controlada en la legalidad? ¿Somos ilusos si esperamos que usted, como Nobel de Paz, tenga la suficiente sabiduría para aceptar las diversas formas de gobierno que se quieren dar los pueblos de América Latina?

lunes, 2 de noviembre de 2009

¿Se necesita un partido político regional?

Por Hugo González Montavo

En medio del aumento de la percepción de inseguridad ciudadana en las urbes principales del país; del cinismo refinado de los altos funcionarios del Gobierno que, cogidos con “las manos en la masa”, se niegan a renunciar; del propósito explícito del Consejo de la Judicatura de deteriorar el prestigio jurídico de la Corte Suprema con su pretensión de ser la nueva y superior instancia judicial; de la negativa del Presidente de escoger penalistas de reconocida independencia, reputación intelectual y moral para conformar de nuevo la terna para que la Corte seleccione el fiscal; de la omisión del trámite en el Congreso del tratado sobre las bases militares; en fin, en medio de todos estos asuntos nacionales, en la región Caribe se escuchan voces que hablan de regionalización. Sobre este tema, surgen algunas reflexiones que buscan ir definiendo lo que le conviene a la gente del Caribe en concordancia con la Constitución Política que en el artículo 1° establece que: “Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales,…”.

Si bien es cierto que a los habitantes de la costa norte nos es relativamente cómodo reconocernos como pertenecientes a una región (considerando los aspectos geográficos, culturales e históricos que nos unen), también es cierto que no nos será fácil alcanzar algún grado de autonomía política administrativa, se necesita el reconocimiento jurídico de nuestra tradicional “nacionalidad cultural regional” como parte del Estado Nación. Sin embargo, parte de la población está escéptica frente esa posibilidad. Muchas víctimas de la reciente violencia no olvidan que sus victimarios eran oriundos de la región. No olvidan que numerosos políticos costeños están vinculados con la parapolítica y la corrupción. Recuerdan que muchos de los beneficiarios ilegales de Agro Ingreso Seguro son paisanos. Advierten que la conformación de la región podría beneficiar a los políticos y gobernantes corruptos que tratarán de controlar la mayor cantidad de poder y liberarse del control de las entidades nacionales. Por otro lado, los sectores marginados de la región esperan un cambio en su situación de miseria, reclaman mayor igualdad de oportunidades y exigen más democracia participativa. Por todo lo anterior, para que el proyecto de convertirnos en región sea viable se hace necesario que se le considere como parte de un renacimiento ético. Que quienes lo lideren sean nuevas generaciones de políticos y dirigentes de la sociedad civil que ojalá no estén comprometidos con el nefasto pasado. El proyecto región debería tener un programa social que procure el mayor bienestar a la población, con el crecimiento continuo de la economía respetando el medio ambiente. Alcanzar mayor autonomía tendrá sentido sólo si la sociedad caribeña obtiene más democracia en el proceso, si se cuenta con un programa político regional que guíe en la consecución de la seguridad humana y la paz. Como los dirigentes políticos locales y departamentales dependen de las directrices de sus partidos nacionales, es hora de pensar en la conformación de un partido político regional que luche por conseguir que Caribanía viva con autonomía, democracia y justicia social.

Publicado en EL HERALDO
http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoConocimiento/C/colum01nov09-3/colum01nov09-3.asp?CodSeccion=52