lunes, 28 de diciembre de 2009

Conmatriotas, a defender a la Matria


Por: Hugo González Montalvo
A raíz del fracaso de la cumbre de Copenhague y de la exhibición de la película 2012, el miedo al fin catastrófico de la humanidad vuelve a ser motivo de reflexión pública. Pero, veamos qué nos dice la ciencia: El sol en su evolución natural va incrementar drásticamente su brillo, lo que provocará el aumento de la temperatura en nuestro planeta (¡1.220 grados!). Los humanos, junto con toda la maravillosa autorganización llamada vida, nos extinguiremos.

Pero tranquilícese amigo lector, esto ocurrirá dentro de 2.000 millones de años (“Historia de un Átomo”, Lawrence Krauss). Sin embargo, los científicos nos advierten que para sobrevivir como especie tendríamos que trasladarnos a otro cuerpo celeste habitable en alguna galaxia vecina. Pero como los humanos no podemos subsistir los larguísimos viajes espaciales que se necesitarían, parece que sólo las máquinas de inteligencia artificial emprenderán la mudanza.

Es decir, una parte de nosotros, convertida en sistemas de datos, subsistirá. No perdurarán nuestros genes sino nuestros memes (Meme: mínima unidad de información cultural transmisible). Y ese viaje intergaláctico podrá suceder si desde ya nos preparamos.



Aunque la fecha se ve muy lejana, nadie puede asegurar que el tiempo que tenemos es suficiente para alcanzar el conocimiento necesario para que, convertidos en memes cibernéticos, podamos escapar. Tendríamos que acelerar las investigaciones en los diferentes campos relacionados con la fuga.




Estas predicciones científicas no generan la menor preocupación a las actuales generaciones de humanos. En cambio, cuando hablamos del aumento de la temperatura en la Tierra (ahora, 2009) provocada por la cultura humana (gases emanados por la industria, la ganadería, los automóviles, etc.) la preocupación se torna obligatoria, un asunto ético. Por lo visto, los intereses económicos egoístas de las empresas transnacionales y de las patrias triunfaron en Copenhague, no se logró nada en concreto. Las patrias por encima de nuestra madre Tierra, la Matria. ¿Estaremos participando todos, sin percibirlo, en el lento suicidio colectivo de la especie Homo Sapiens? Por fortuna, una importante corriente de opinión mundial, recordando nuestro origen común biológico, promueve la conservación de la biósfera exigiendo racionalidad en las conductas tanto de los individuos como de los gobiernos. Ejercitando una ciudadanía planetaria podemos frenar el despilfarro en el consumo de los recursos no renovables. Con pequeñas acciones directas individuales y colectivas podemos seguir contribuyendo al desastre o a la recuperación de las condiciones mínimas para que la vida en el planeta persista. La cita es en Méjico 2010. La lucha por sobrevivir en la Matria continúa.




La película 2012 (en cartelera) además de ser una puesta en escena de un mito apocalíptico (profecía Maya con argumentos de la seudociencia) es una apología descarada a la actual jerarquía de las sociedades humanas. Justifica la pervivencia sólo del más fuerte matizada con connotaciones bíblicas. Una selección de la elite de la especie (poderosos magnates y gobernantes) serían los escogidos para perpetuarse, salvándose en una posmoderna Arca de Noé. ¿Una sutil manera de justificar los actuales privilegios?
Conmatriota lector, le deseo lo mejor para el 2010.
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Publicado en el diario EL HERALDO de Barranquilla, Colombia.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Cuentos para niños


Por Hugo González Montalvo
Escapar del cerco ideológico formado desde la niñez es una tarea bastante difícil. Digo lo anterior por mi experiencia como docente, por muchos años he comprobado que las ideas religiosas, por ejemplo, inculcadas a los estudiantes desde la cuna se erigen como muros inexpugnables para lograr un cambio de actitud frente a temas de la mayor importancia para la vida personal y social.

Frases, que a la luz de las ciencias son puras fantasías o argumentos francamente deleznables, se convierten en verdades absolutas sólo por haber sido extraídas de algún texto considerado sagrado. En esas circunstancias, al docente le es difícil luchar intelectualmente contra las apasionantes leyendas y los ingeniosos mitos, inculcados durante años, sólo apertrechado con los fríos argumentos de la ciencia.

Recordemos que la ciencia es, en esencia, falsable (Que puede ponerse a prueba y ser desmentida por los hechos o por un experimento adverso. RAE). Las afirmaciones de una hipótesis científica deben generar oportunidades potenciales para demostrar que es falsa. Nos quedamos con las hipótesis que se ajustan mejor a lo que percibimos como la realidad. Por la fuerza perturbadora de las objeciones, y aprendiendo continuamente de los errores, la ciencia avanza. Siempre intentando demostrar que las ideas vigentes están equivocadas; e impulsada por la racionalidad, la ciencia somete a feroz crítica nuestras más profundas creencias.

Muchos estudiosos sobre estos asuntos afirman, con juicios convincentes, que al obligar a los niños a profesar emotivamente las creencias religiosas de sus padres se les están violando sus Derechos Humanos; teniendo en cuenta, sobre todo, que a esas edades sus cerebros no han llegado aún a su pleno desarrollo biológico.






Igualmente, como ciudadanos, estamos sometidos a ofensas a nuestra inteligencia. Los gobiernos acuden con frecuencia a los mitos fundacionales y a la religión para justificar sus ineptitudes o abusos; hemos visto a nuestros presidentes de rodillas ante imágenes religiosas implorando compungidos por “la seguridad de la patria”. En otras palabras, los mandatarios envían un mensaje a los ciudadanos: yo no respondo ante ustedes, ni ante la Constitución, únicamente respondo ante Dios y mi fuente para saber lo conveniente de mis decisiones son las consultas al libro que yo considero sagrado (Biblia, Torah, Corán, etc). Estamos viviendo nuestra propia Edad Media.

Lo anterior se evidencia con las recientes decisiones y discusiones relativas a al aborto, la píldora del día después o a la dosis mínima. En vez de procurar que el Estado mediante la educación y la prevención trate de afrontar estos asuntos de salud pública, el gobierno procede a penalizarlos basados en pueriles argumentos surgidos de convicciones religiosas. Da la impresión de que los colombianos estamos confundiendo el ámbito de la ley, con el de la moral o el de la ética. ¿Será que hemos olvidado diferenciar adecuadamente entre la sanción legal, que le corresponde decidir al Estado laico, y la sanción moral, que le pertenece al ámbito espontaneo y cultural de la sociedad?

Para profundizar estos temas: “El espejismo de Dios”, Richard Dawkins e “Ideas, historia intelectual de la humanidad”, Peter Watson.

A todos los amables lectores una navidad plena de bacanería.
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Columna de opinión en EL HERALDO, diario de Barranquilla, Colombia.
http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoConocimiento/C/colum14dic-3/colum14dic-3.asp?CodSeccion=52



martes, 1 de diciembre de 2009

Video: Banksy, un bacán planetario, un artivista en acción.

Poesía Artivista: Soles Apagados, Patricia Iriarte.

Por Patricia Iriarte
Buena iniciativa la de BBM y Caribanía Planetaria al estimular a nuestros artistas a no tragar entero y sobre todo, a asumir actitudes activas creativas frente a las realidades globales, locales y nacionales. Yo me sumo al Manifiesto Artivista y ojalá lo hagan muchos otros artistas de todas las expresiones.
Y para comenzar, les aporto éste poema de mi autoría:

Soles apagados

Con coronas de nieve
bajo el sol
cruzan los reyes.

Juan Manuel Roca.


Un rey de espadas cruza hoy
ante nosotros
con su engañosa decencia.
monta un caballo cortado a su medida
y se pasea entre nosotros
con su traje de emperador
con su pedestre ambición
con su rabia primitiva
con su flamante descaro
con su tierno cinismo.

Allí va
véanlo ustedes
el monarca que nos merecemos.

Allí va
el patrón
el que sin pensarlo se estrangula de a poco
con sus sogas de chalán.
que se hunde, a brazadas,
en sus trampas de poder.

Que nos arrastra, me temo
en su arriesgado juego
en su quien sabe qué tan limpio juego.

Que ensaya su triste destino de autócrata
ya que no sabe ser caudillo.

Un rey de espadas cruza hoy
frente a nosotros: generación eclipsada
país de soles apagados.

Patricia Iriarte