Por Hugo González Montalvo
¿Quiénes pueden tener más derecho de opinar sobre las posibles salidas al conflicto bélico colombiano que los recién liberados Alan Jara y Sigifredo López? Ellos, como victimas civiles, soportaron los más grandes sufrimientos en la selva. Sin embargo, algunas personas en los medios han querido presentar sus opiniones, que claman por un acuerdo humanitario y una salida política al conflicto armado interno de Colombia, como si fueran de menor valor moral que las opiniones de quienes persisten en avivar la guerra desde sus cómodos domicilios urbanos. Ellos, los liberados, han demostrado que, a pesar de sus padecimientos recientes, tienen la sensatez y la racionalidad suficiente para darse cuenta que una parte de la sociedad está envenenada por el odio que alimenta la continuidad de la guerra.
¿Quién podría pensar que el Presidente, conociendo su posición política y con todo el respaldo que tiene, sería un negociador débil frente a las propuestas de la guerrilla? Creo que nadie. Por eso, para muchos, sería el negociador ideal. Únicamente concedería lo que pueda ser jurídica y moralmente concesible.
Haciendo una suspensión momentánea de la lógica incredibilidad que inspiran las farc, los únicos que han realizado acciones positivas y esperanzadoras han sido los ‘Colombianos y Colombianas por la Paz.’ Valdría la pena que el resto de la población colombiana se detuviera a pensar en ¿qué hacer para alcanzar la paz?
Las Farc deben anunciar que suspenden de inmediato la práctica atroz del secuestro si quieren que sean creíbles sus propuestas de diálogos. Deben saber que su radical plataforma política sería mejor proponerla en medio de un debate político civilizado, buscando el apoyo popular, en vez de insistir en imponerlas mediante las armas. En estos momentos históricos, ¿tienen otra salida que la negociación? Señores del partido liberal, ¿van a dejar que Piedad Córdoba siga sola en la búsqueda de un acuerdo humanitario? ¿Es que la paz no es también una aspiración liberal?
Señores del Polo, además de buscar candidatos, ¿qué proponen para alcanzar la paz?
Señores de los partidos uribistas, ¿están haciendo lo correcto cuando apoyan la desinstitucionalización del país? ¿No será que están colaborando con la agravación de la crisis al negarse participar en la solución negociada del conflicto? ¿Por qué prefieren a un Presidente candidato a un Presidente Estadista?
Señores de los medios de comunicación, ¿por qué ha sido tan débil el apoyo brindado a sus colegas que han sido señalados de cómplices del terrorismo cuando realizan su labor de informar? ¿Son de la farándula las noticias más importantes que se producen en Colombia? ¿Muchas de sus producciones no estarán banalizando la tragedia de la guerra? ¿No estarán comercializando el dolor de las victimas?
Señores intelectuales y académicos, ¿de qué vale tanta sabiduría sino está al servicio de la paz y el bienestar de sus conciudadanos? ¿El silencio es su único aporte?
Amigos lectores, me imagino que ustedes también tendrán muchas preguntas, pero pienso que lo trascendental es que entre todos encontremos las respuestas en la acciones, con los hechos de paz.
¿Quiénes pueden tener más derecho de opinar sobre las posibles salidas al conflicto bélico colombiano que los recién liberados Alan Jara y Sigifredo López? Ellos, como victimas civiles, soportaron los más grandes sufrimientos en la selva. Sin embargo, algunas personas en los medios han querido presentar sus opiniones, que claman por un acuerdo humanitario y una salida política al conflicto armado interno de Colombia, como si fueran de menor valor moral que las opiniones de quienes persisten en avivar la guerra desde sus cómodos domicilios urbanos. Ellos, los liberados, han demostrado que, a pesar de sus padecimientos recientes, tienen la sensatez y la racionalidad suficiente para darse cuenta que una parte de la sociedad está envenenada por el odio que alimenta la continuidad de la guerra.
¿Quién podría pensar que el Presidente, conociendo su posición política y con todo el respaldo que tiene, sería un negociador débil frente a las propuestas de la guerrilla? Creo que nadie. Por eso, para muchos, sería el negociador ideal. Únicamente concedería lo que pueda ser jurídica y moralmente concesible.
Haciendo una suspensión momentánea de la lógica incredibilidad que inspiran las farc, los únicos que han realizado acciones positivas y esperanzadoras han sido los ‘Colombianos y Colombianas por la Paz.’ Valdría la pena que el resto de la población colombiana se detuviera a pensar en ¿qué hacer para alcanzar la paz?
Las Farc deben anunciar que suspenden de inmediato la práctica atroz del secuestro si quieren que sean creíbles sus propuestas de diálogos. Deben saber que su radical plataforma política sería mejor proponerla en medio de un debate político civilizado, buscando el apoyo popular, en vez de insistir en imponerlas mediante las armas. En estos momentos históricos, ¿tienen otra salida que la negociación? Señores del partido liberal, ¿van a dejar que Piedad Córdoba siga sola en la búsqueda de un acuerdo humanitario? ¿Es que la paz no es también una aspiración liberal?
Señores del Polo, además de buscar candidatos, ¿qué proponen para alcanzar la paz?
Señores de los partidos uribistas, ¿están haciendo lo correcto cuando apoyan la desinstitucionalización del país? ¿No será que están colaborando con la agravación de la crisis al negarse participar en la solución negociada del conflicto? ¿Por qué prefieren a un Presidente candidato a un Presidente Estadista?
Señores de los medios de comunicación, ¿por qué ha sido tan débil el apoyo brindado a sus colegas que han sido señalados de cómplices del terrorismo cuando realizan su labor de informar? ¿Son de la farándula las noticias más importantes que se producen en Colombia? ¿Muchas de sus producciones no estarán banalizando la tragedia de la guerra? ¿No estarán comercializando el dolor de las victimas?
Señores intelectuales y académicos, ¿de qué vale tanta sabiduría sino está al servicio de la paz y el bienestar de sus conciudadanos? ¿El silencio es su único aporte?
Amigos lectores, me imagino que ustedes también tendrán muchas preguntas, pero pienso que lo trascendental es que entre todos encontremos las respuestas en la acciones, con los hechos de paz.
Puublicado en periodico EL HERALDO de Barranquilla, Colombia.
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3 comentarios:
Me parece una lectura humanitaria la que haces de la situación. Y digo humanitaria para no emplear el término "correcto",muy parecido a la verdad.
Como siempre, venga esa mano de paz.
JUANCHO
NO HAY OTRA MANERA, HUGO, PARA LA REFLEXIÓN. QUE ÉSTA, QUE HOY NOS BRINDAS. CUANDO ESTAMOS METIDOS EN ESTA TREMENDA POLARIDAD. QUE CADA DÍA EL PRESIDENTE INCREMENTA MÁS DESDE LA ADMINISTRACIÓN.
JOAQUIN ROJANO
Tanto la reflexión como las preguntas que nos lanza Caribanía Planetaria me parecen absolutamente lúcidas y acertadas. Haremos amplia divulgación de las mismas para promover la discusión ciudadana en torno a este tema que hoy más que nunca nos concierne. Especialmente después de lo que dijo el presidente (con minúsculas)sobre el movimiento Colombianas y colombianos por la Paz.
Desde este blog hermano:
cantaclaro.blogspot.com
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