lunes, 11 de febrero de 2008

Marchas en Colombia, odios y guerra.

Por HUGO GONZÁLEZ MONTALVO
Aún hoy, una semana después, se siguen escuchando diversas opiniones sobre las consecuencias políticas de las marchas. Cada cual, según los intereses que representa, califica los hechos de una manera tan diferente que pareciese que vivieran en países distintos.
Para los organizadores fue un éxito absoluto.La ciudadanía participante en calles y plazas se sintió de nuevo protagonista de la historia, recordó que sigue siendo una importante y decisiva fuerza política. Quedó reafirmado lo que todos sabíamos: rechaza con vehemencia el secuestro y odia a las Farc. Ojalá que se mantenga ese entusiasmo civilizado y veamos con frecuencia a esa misma gente en las calles, protestando o apoyando otras causas de trascendencia para la vida política o económica del país.
El Gobierno interpretó las marchas, como era de esperarse, a manera de un espaldarazo a su política de seguridad democrática. El Presidente debería, entonces, proceder en consecuencia y negociar un acuerdo humanitario y la paz. Nadie podría pensar que estaría siendo débil frente a la guerrilla, sino generoso y seguro en sus convicciones. Permítanme, para mi pesar, dudar de la posibilidad anterior.
Las Farc, parece, que no se han inmutado. Como el acuerdo humanitario y las negociaciones de paz no eran el tema principal de las marchas, muchos la entendieron como un apoyo a la guerra. De esa manera, piensan algunos, habrá guerra para rato. Hay muchos interesados en que las Farc continúen actuando, es el enemigo perfecto que une a la masa ofendida. Los subversivos estarán recibiendo las gracias de todos los empresarios de la guerra que aumentarán así sus ganancias por causa del supuesto apoyo multitudinario a la solución bélica al conflicto.
Chávez, igual y seguramente, estará recibiendo en estos momentos las gracias de muchos patrioteros incendiarios de Colombia que necesitaban tener a un aliado extranjero que les ayudara a exacerbar los odios que tantos beneficios electorales les han traído.
Para Piedad Córdoba las marchas representaron un aumento en el número de insultos, burlas y amenazas que recibe por minuto. Una incoherencia, si la jornada era por la paz.
Garzon, en El Espectador 03,02.08.

Para los uribistas fue la oportunidad ideal, la que estaban esperando, para impulsar la reelección presidencial.
Los actores violentos diferentes a las Farc, que de diversas maneras también convocaron a las marchas, se sentirán respaldados porque sus acciones criminales no fueron recordadas.
Las víctimas de los actores violentos diferentes a las Farc se estarán preguntando ¿será que existimos? ¿Seremos invisibles? ¿Deberíamos sentirnos avergonzados o culpables?
Los medios de comunicación demostraron que son un factor determinante tanto para azuzar a los ciudadanos para la guerra como para estimularlos para procurar la paz.
Los partidos de oposición estarán preocupados, porque supuestamente, buena parte de la población ahora cree que no ser uribista es casi ser subversivo.
Los impulsores del acuerdo humanitarios son vistos en este momento por algunos analistas como ilusos, ingenuos o románticos.
La mamá y la hermana de Íngrid empiezan a ser consideradas por los fanáticos de la guerra como sospechosas de traición a la patria, al cuestionar el sentido de las marchas.
La izquierda democrática, la más perjudicada, son constantemente desprestigiadas al relacionarlas, de mala fe, con todo lo que diga Chávez o con las acciones de las Farc. De esa manera, los programas de gobierno y las ideas parecen que no contaran al momento de hacer un juicio sobre la pertinencia de los partidos en la vida de la nación.
Otra consecuencia de las marchas, es que las diferentes fuerzas sociales y políticas que hasta ahora han luchado unidas por la paz de Colombia están en peligro de dispersarse por desacuerdos menores.
Un acontecimiento contrastante, como los muchos que suceden con frecuencia en Colombia, para el 6 de marzo organizaciones de defensa de los derechos humanos están convocando a un evento de solidaridad con las víctimas de crímenes de lesa humanidad cometidos por todos los actores involucrados en la guerra. Será interesante observar cuál será el comportamiento que en esta ocasión tendrán los medios de comunicación y las organizaciones empresariales y sociales que dieron absoluto respaldo a la marcha del 4 de febrero.

Amigos y amigas lectores, solo queda expresar el profundo dolor y tristeza que causa ver un noticiero de televisión, uno de radio, o leer un periódico en Colombia. Las noticias son alarmantes, el deterioro de la moral es notorio, la violencia de todo tipo es ya cotidiana. Para esa violencia deberíamos también realizar una gran marcha. Pero una marcha silenciosa dentro de nuestros cerebros, recorrer las neuronas y decirles ¡basta! ¡No más! En los hogares, en las calles, en los lugares de trabajo, en los colegios también debe cesar el odio y la guerra.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Segun tu, es mejor no hacer marchas, pues es lo mejor es quedarse callado. Que brillante!!

Fundación Bacanería Planetaria dijo...

Estimado Anónimo
En la primera parte del articulo dice: “La ciudadanía participante en calles y plazas se sintió de nuevo protagonista de la historia, recordó que sigue siendo una importante y decisiva fuerza política”. “Ojalá que se mantenga ese entusiasmo civilizado y veamos con frecuencia a esa misma gente en las calles, protestando o apoyando otras causas de trascendencia para la vida política o económica del país.”
Por lo tanto la conclusión al texto que usted hace no corresponde a mi intención. Muchas gracias por su inquietud porque me permite aclarar la posible confusión a otros lectores.
Hugo González

Anónimo dijo...

Bendiciones y siga pa´lante. Leímos artículo en El Heraldo, buenísimo.
Fraternalmente,
Fabio miguel Monroy Martínez.-

Anónimo dijo...

Te sugiero, con todo respeto, que continúes desmenuzando éste tema a modo de cartilla educativa: Asi es posible iniciar un proceso educativo al que tú tienes acceso por el protagonismo que has logrado a través de este medio. Este resumen de hoy es mesurado y sensato, y me atrevo a decir que completo y justo. Valdría la pena explorarlo más y aprovechar el sentir de la mayoría que quedó muy claro con la pasada marcha. Hugo: ya sabes cual es nuestro papel en el mundo - orientar las conciencias para organizar sus neuronas- me gustó mucho el símil.
Saludos
Natalia