
Por Hugo González Montalvo
La esencia de lo carnavalesco es su indefinición: nadie sabe con precisión cuál es su lugar, ni el lugar del otro. Todo parecer ser y no ser al mismo tiempo.
Amargados interpretan desafinados canciones de despecho para alegrarse falsamente, rumiando su dolor, sumergidos en la tristeza de sus letras.
La esencia de lo carnavalesco es su indefinición: nadie sabe con precisión cuál es su lugar, ni el lugar del otro. Todo parecer ser y no ser al mismo tiempo.
Amargados interpretan desafinados canciones de despecho para alegrarse falsamente, rumiando su dolor, sumergidos en la tristeza de sus letras.


El desempleado se rebusca con el disfraz de indigente. El rebusque se transforma en folclor. El folclor se desnuda y aparece como otra forma del rebusque. La autoridad se ejerce finalmente: ordena que la mejor manera de estar ordenados es seguir en el desorden. El espectador goza el goce del otro en la pantalla de la televisión, es el dominio de la representación, donde se supone que es la oportunidad deseada del imperio de la participación. Muchos se lucran con la gratuidad de mi espontánea celebración de la vida.

F0to Tania Oliveros
Mientras yo estoy en el ocio, otros están en el negocio. Mientras yo creo seducir, el otro me atrae con su encanto interesado. El sicario mata con una sonrisa.
El violento te golpea para felicitarte. Me río de mí mismo al saber que me parezco a los demás en su reír sin sentido. La máscara que exhibe mis deseos ocultos me permite mirar sin prohibición la verdad del otro enmascarado.
El violento te golpea para felicitarte. Me río de mí mismo al saber que me parezco a los demás en su reír sin sentido. La máscara que exhibe mis deseos ocultos me permite mirar sin prohibición la verdad del otro enmascarado.

El poder hace alarde de su tolerancia, es condescendiente con la burla sin propósito crítico; es permisivo con lo superfluo, lo cómico no es una amenaza.


Es posible que la vida cotidiana en la que cada uno participa, con su rol sin máscara, sea más carnavalesca que la que supuestamente se expresa en el Carnaval. La disciplina que se necesita para el progreso, la prosperidad, el incremento de la productividad y la innovación tecnológica se pone en duda ante la creencia de que la idiosincrasia festiva nuestra, expresada en la temporada del Carnaval, debe prolongarse durante todo el año.

F0to Tania Oliveros
Publicado en EL HERALDO, diario de Barranquilla, Colombia:
http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoConocimiento/Y/yel_carnaval_el_reino_de_la_ambigüedad/yel_carnaval_el_reino_de_la_ambigüedad.asp?CodSeccion=42
1 comentario:
Ayer precisamente cuando leí el artículo en papel,pensaba en que uno de los aspectos que pueden mejorar el rendimiento escolar y universitario,que redundaría en una mejor calidad de vida para el costeño es,desfloklorizar la educación, por ello estoy recomendando literatura del carnaval. Espero que este artículo genere la misma reflexión en tus lectores.
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