lunes, 10 de enero de 2011

Invierno y ‘Círculo de la Moral. Columna de opinión en EL HERALDO, diario de Barranquilla, Colombia.


Por: Hugo González Montalvo
 En estos días de catástrofe invernal salen a relucir las más variadas conductas humanas, provocando emociones encontradas. Nos indigna tanto la desidia deliberada del funcionario irresponsable como la acción canalla del ciudadano que sin escrúpulos roba las ayudas a los damnificados. Pero sentimos gran satisfacción al saber que una parte de la población de la región ha realizado diferentes manifestaciones de solidaridad con los vecinos afectados. Acciones espontáneas que nos recuerdan los estudios científicos sobre el denominado ‘Círculo de la moral’. Círculo ancestral, mental y cultural que poseemos todos los humanos, que marca los límites de nuestros deberes y compromisos, que incluyen y excluyen de nuestra responsabilidad moral a los otros seres vivos. Desde nuestros orígenes primates, el círculo estuvo limitado por mucho tiempo a grupos entre 15 y 30 personas con vínculos estrechos de cercanía y semejanza. En el grupo familiar, nos preocupaban las necesidades de los otros, compartíamos un mismo hogar, la caza, la recolección y el cuidado de los hijos. Sin embargo, el motivo de tal generosidad no dejaba de tener un matiz egoísta: obtener seguridad. Mientras creábamos pinturas en las cuevas o enterrábamos a los muertos, la moral se expandió como una estrategia de supervivencia, una forma de convivir mejor. Pero nuestra moral se acababa en los límites de la tribu, tenía el mismo tamaño que nuestra tribu. No obstante de que todos los humanos provenimos de un antepasado común, de que todos compartimos características esenciales y tenemos intereses semejantes, no todos incluimos a la humanidad, sin excepción, dentro de nuestro círculo moral. Quienes no formaban parte del círculo podían, sin remordimientos, ser maltratados, torturados o esclavizados.

Charles Darwin, en El Origen del Hombre, 1871, suponía, optimista, que pronto la humanidad toda, luego de un largo proceso de educación generalizada, quedaría incluida en un solo ‘Círculo de la moral’; el círculo, incluso, se ampliaría hasta acoger a todos los seres que sientan dolor. Pese a los adelantos, las religiones nos dividen, hoy gran parte de la población planetaria continúa pensando la moral en términos tribales; las diferencias en las fisonomías, llamadas razas, han sido muy difíciles de superar. Con todo, el ‘Círculo de la moral’ ha evolucionado con la historia, se ha expandido hasta llegar a la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuando lo ampliamos teóricamente a toda la “tribu humana”.

En nuestro país no podemos continuar con la conducta irracional de destruir los ecosistemas, coparticipando en las causas de los desastres naturales, y después llorar, atribuyéndole al diablo o al destino las consecuencias de nuestros actos. Con el consumismo superfluo generamos secuelas para el ecosistema planetario, por lo tanto, se hace indispensable que actuemos mediante un accionar ético biológico, que promueva una cultura ecoambientalista y pacifista, en procura de que el ‘Círculo de la moral’ se extienda a todos los seres que están involucrados en el proceso de la vida. Que asumamos la responsabilidad de preservar nuestro nicho, la biósfera, al Planeta Tierra, a la Matria. Que apliquemos la Ecuación Bacana (dolor-saber-querer-poder-hacer) para superar la crisis.
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Publicado en EL HERALDO, diario de Barranquilla, Colombia.
http://www.elheraldo.co/columnistas/invierno-y-circulo-de-la-moral

1 comentario:

Tita la mas bonita dijo...

Que buena asociación, es perfecta, ademas debería venir en capsulitas...!

Un Besito marino