miércoles, 5 de mayo de 2010

Ofensiva del ateísmo militante

Las noticias recientes nos dicen que importantes científicos ingleses solicitan que cuando el Papa Benedicto XVI visite a su país, en septiembre próximo, las autoridades lo detengan por los casos de pedofilia. Argumentan: “La ocultación institucional de la violación infantil es un crimen bajo cualquier ley”, “El primer instinto del Papa ante los abusos fue tapar el escándalo”, “Todo apunta a que el Papa dio prioridad a la reputación de la Iglesia por delante del bienestar de los niños”.

Uno de estos científicos, Richard Dawkins, etólogo y teórico evolutivo, está empeñado en una lucha frontal contra la religión. Afirma que “la religión es corrosiva para la ciencia”. En su libro El espejismo de Dios demuestra que la religión estimula las guerras, el fanatismo y el abuso infantil. Afirma: “La religión enseña a las personas a estar satisfechas con triviales y sobrenaturales ‘explicaciones’ y les impide ver las maravillosas y verdaderas explicaciones que hoy la ciencia y la filosofía ponen a nuestro alcance”. “La religión enseña a aceptar a la autoridad, la revelación y la fe; la ciencia, en cambio, enseña a solicitar siempre la evidencia”.
Dawkins junto con los filósofos Michel Onfray (Tratado de Ateología), Daniel Dennett (Romper el hechizo) y otros, expresan el pensamiento de muchos científicos e intelectuales del mundo que se están animando a hablar abiertamente de su ateísmo. 

Cuando en 1989 encuestaron a científicos estadounidenses de la Academia Nacional de Ciencias, sólo el 7% dijo que creía en un Dios, el 20% expresó que “no afirman o niegan la existencia de un Dios”, es decir son agnósticos, y los demás dijeron ser ateos.

El ateísmo entiende la existencia de Dios como un fenómeno psicológico-cultural y nos recuerda que todos somos ateos: hoy no creemos en la mayoría de los dioses, hadas, duendes y todas las manifestaciones sobrenaturales en las que ha creído la humanidad.

En nuestro medio, a pesar de la creciente educación de la población, subsiste una tendencia milenaria y mayoritaria a creer en lo sobrenatural. Es frecuente que personas con un excelente grado de formación académica digan que creen todavía en la magia, la hechicería, en actos adivinatorios, en horóscopos o en algún dios.

Aunque hoy utilicen aparatos de alta tecnología, sus mentes tienen el mismo asombro ante las maravillas y misterios de la naturaleza que el hombre prehistórico. Es comprensible, cuando éramos niños, nuestros padres impusieron sus creencias. Nuestros sentimientos personales están ligados con la religión, es difícil desprenderse de las emociones que nos generó el contacto con el dios de la tradición familiar.

Este método de adoctrinamiento infantil se percibe hoy como una violación de los derechos humanos. Los gobernantes y políticos se aprovechan de esas creencias, les facilita eludir sus responsabilidades y explican los acontecimientos humanos recurriendo a la supuesta voluntad de Dios.

Es probable que la solicitud de los científicos ingleses no prospere, pero queda como un acto de protesta simbólica de las ideas ateas. Es de esperar que las sociedades avancen hacia la aceptación de los crecientes agnósticos y ateos, admitiendo todas las posibilidades que tienen los humanos de vivir con amor, dignidad y moralidad, sin necesidad de temer a los castigos de los dioses o desear sus recompensas.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hugo: excelente tema y oportuno, dado que, sin duda, la iglesia, en toda sus historia, no se había visto por dentro, al desnudo. Hoy el mundo sabe (por la pedofilia, etc)lo peligroso que es para la sociedad el camino de la religión. Pero, más allá de ello, hay que recordar, lo que dijo Nietzsche en El anticristiano: los ateos y agnosticos han sido merginados, rechazados y discriminado solo por serlo: ¡Increible! y los violadores de la ley, que en nombre de Dios matan, violan niños, son aceptados socialmente: definitivamente, como dijo Eduardo Galeano...El mundo al reves. Soñemos con una colombia mejor, gobernada por un pedagogo-educador y no por un sectario religioso.

Patricia Lucia Iriarte dijo...

Este es uno de esos temas sin conclusión a la vista, pero cuya discusión siempre constituye un interesante ejercicio intelectual. En estos días se dice que la baja de Mockus en las encuestas se debe al rumor de que era ateo, lo que en un país católico constituye un grave pecado. El lo ha negado, pero en el caso de que lo fuera ¿qué es mejor: un presidente que cree en Dios pero se comporta de manera inmoral y viola todos los principios éticos, o un presidente ateo que vive y actúa con apego a la ética, la moral pública y los principios legales?

Patricia Lucia Iriarte dijo...

Este es uno de esos temas sin conclusión a la vista, pero cuya discusión siempre constituye un interesante ejercicio intelectual. En estos días se dice que la baja de Mockus en las encuestas se debe al rumor de que era ateo, lo que en un país católico constituye un grave pecado. El lo ha negado, pero en el caso de que lo fuera ¿qué es mejor: un presidente que cree en Dios pero se comporta de manera inmoral y viola todos los principios éticos, o un presidente ateo que vive y actúa con apego a la ética, la moral pública y los principios legales?