lunes, 19 de mayo de 2008

La Colombia polarizada

Por HUGO GONZÁLEZ MONTALVO
La polarización de las opiniones políticas en Colombia es tan extrema que los hechos, los fenómenos y las personas son calificados de manera totalmente diferente por los ciudadanos. Veamos algunos ejemplos de ello:

Yidis: Para unos es una patriota que salvó con su voto a la nación, para otros es una vulgar delincuente.

Teodolindo: Es un pillo o es una víctima de la oposición.

La extradición de los 14 paramilitares: Una mañosa jugada política para restarle fuerza a las investigaciones de la parapolítica o una demostración de pulcritud del gobierno al castigar a los narcotraficantes. Una demostración del fracaso del sistema judicial y penitenciario colombiano o un triunfo de la cooperación internacional.



El computador de Reyes: Un importante documento judicial o una vil maniobra de manipulación mediática.

El Presidente Uribe: Un hombre con una inteligencia superior o, simplemente, un hábil chalán paisa. Un trabajador incansable, luchador contra el terrorismo, o un Presidente autoritario, antidemocrático.

El Presidente Chávez: La reencarnación de Bolívar o un loco y peligroso vecino.

El Presidente Correa: Un respetable jefe de la nueva izquierda latinoamericana o un resentido y plañidero subversivo.

El Congreso de la República: La razón de ser de la democracia o un nido de ratas.

Los partidos políticos: Organizaciones que representan la voluntad popular o “cucarachas del mismo calabazo”.

La crisis política: El principio de solución al caos moral en que está sumida la sociedad o una señal de la anunciada hecatombe.
La Corte Suprema de Justicia: La única institución decente del país o un grupo de conspiradores contra el gobierno.

La guerrilla: Insurrectos, románticos masoquistas que gozan sufriendo con las inclemencias de la selva o unos depravados, demonios, terroristas causantes de todos los males del país.
Dios: Una bondadosa y poderosa fuerza sobrenatural que nos ha salvado de caer en la oscuridad del abismo o un padre inmisericordioso que nos castiga por ser un pueblo sinvergüenza.

La ley: La expresión de la voluntad general, que representa el mínimo de moralidad que exige una sociedad o la sutil expresión del poder de las élites económicas para proteger sus intereses.

El narcotráfico: Es una consecuencia de la miseria de los campesinos y el desempleo en las ciudades o es causado por la codicia y la condición malvada de los colombianos, proclive al delito y al dinero fácil.

La parapolítica: Consecuencia de la intimidación violenta a la población o fruto de la descomposición moral de la sociedad que perdió todos los valores.


Los noticieros de la televisión nacional: Fiel reflejo de la realidad del país o un eficaz método para adormecer y embrutecer a un pueblo.

La pobreza: Es una consecuencia de nuestra cultura que elogia la pereza o es producto de la injusticia social.

En fin, son tan variados los temas en los que los colombianos diferimos que seria imposible reseñarlos en una columna. Es de anotar que lo anterior nos dice que, en general, nos falta estudiar más los problemas que nos aquejan; que a veces dejamos de ver los matices, la complejidad de los fenómenos; que sólo confirmamos en la realidad lo que pensamos; que con frecuencia actuamos impulsados por dañinas emociones, muchas de ellas impuestas culturalmente.

El atento y amable lector seguramente tendrá sus propias contribuciones semánticas a los temas mencionados.

Publicado en EL HERALDO diario de Barranquillla. Lunes, 19 mayo de 2008 Colombia.http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoConocimiento/C/columcolombia/columcolombia.asp?CodSeccion=42


1 comentario:

Anónimo dijo...

Oh democracia !! tan imperfecta y tan necesaria... Que se puede hacer ?? A medida que se encuentran los huecos ir haciendo las reparaciones....!!! Para no dejarle a las generaciones que emergen este despelote gigantesco, esta crisis de valores !!!!

ignaki