domingo, 2 de diciembre de 2007

Dos pueblos acosados por la seducción nacionalista

La actual situación entre Colombia y Venezuela se puede observar desde múltiples ópticas. Estas son algunas supuestas opiniones de los diversos personajes y sectores involucrados:

Los uribistas: “Chávez es un loco. Es un irresponsable fanático. Es un comunista tropical, al que hay que soportar. Aprovecharemos el apoyo en las encuestas para unirnos y reelegir a nuestro jefe. La guerrilla es la culpable de todo esto, ella es quien tiene a los secuestrados”.
Los chavistas: “El conflicto ha corrido el velo, esto es una lucha de clases. Nosotros representamos a los sectores populares y Uribe a la oligarquía, al Imperio. ¡Socialismo o muerte!”.
Los colombianos y venezolanos cosmopolitas: “estas son simples estrategias de dominación de caudillos tercermundistas que pregonan, todavía, nacionalismos pueriles, propios del siglo XIX”.

El nihilista anarquista: “Esta es una demostración de los inconvenientes que producen los regimenes presidencialistas, en donde el poder es encarnado en un solo individuo. Los ciudadanos son obligados a renunciar a su autonomía, deben seguir fielmente a un jefe, no importa lo loco o engreído que éste sea o lo peligrosas que sean sus políticas”.

Los pacifistas de los dos países: “Pertenecemos a dos pueblos que en nuestro corazón es uno solo. Estamos unidos por el tiempo, el espacio, el trabajo y la memoria colectiva. Estamos destinados a construir unidades de desarrollo viables que involucren a las dos comunidades hermanas. Distanciarnos, enemistarnos –sólo porque los jefes políticos quieren – es un desatino. Debemos buscar la mediación del presidente Lula”.

El empresario exportador colombiano: “Conservemos la cordura. Están en juego las ventas de mi producción industrial y agropecuaria, están en peligro mis ganancias. Así que, por favor, Uribe, aguántate, tenle paciencia con este señor. No le pares bolas. Lo más importante es conservar el mercado, el territorio de los negocios: mi única patria”.

El colombiano nacionalizado venezolano: “Permanezco en Venezuela, yo soy de donde vivo, trabajo y pago mis impuestos. Lo que menos me conviene es un conflicto. Los colombianos fuimos aceptados en este país como individuos, admitidos como nuevos ciudadanos; no fuimos acogidos como nación. No estamos aquí como una fracción de la comunidad colombiana en el destierro, solo estamos como seres humanos en una nueva tierra. Decimos esto para que no seamos las primeras victimas de algunos nacionalistas venezolanos o que desde Colombia se pretenda exigirnos solidaridades chauvinistas”.

El colombiano que recibe remesas desde Venezuela: “Mis padres se fueron buscando una nueva vida, allá la encontraron. Yo soy menor de edad, si se complican las cosas puedo salir perjudicado”.

El paramilitar: “Hay que ayudar a tumbar a Chávez”.

El guerrillero: “Con Uribe no dialogamos”.

El analista extranjero: “Cada uno de los presidentes representa intereses y modelos económicos diferentes, defienden propuestas de gobierno ideológicamente opuestas. Pero este episodio les facilita a ambos que su estrategia de permanencia en el poder progrese, promoviendo el nacionalismo, vinculando sentimentalmente a los ciudadanos con el gobierno. De manera que cuando la población vea al contradictor mandatario vecino atacando verbalmente a su presidente, entienda que los está atacando a ‘todos’, a la nación entera. Y ‘a la nación hay que defenderla’. ‘Los que no lo hagan son unos traidores’. ‘Todos los ciudadanos están obligados a defender la dignidad de la patria’. Tanto en Colombia como en Venezuela, el Presidente se convierte en el poseedor de la ‘única visión posible del mundo’, bajo cuya dirección intelectual y moral la nación solucionará todos sus problemas. El grupo social en el poder, aprovecha, presenta sus intereses como los intereses de ‘todos’. De esta forma los sectores subalternos se invisibilizan. La oposición queda arrinconada; podría ser considerada como apátrida si no aprueba dócil las decisiones del Gobierno, cualesquiera que éstas sean. Recordemos que este mecanismo de dominación le funcionó a los más grandes dictadores de la historia”.

El analista amigo del Gobierno colombiano: “Chávez es izquierdista, los terroristas son izquierdistas, por lo tanto los izquierdistas amigos de Chávez son unos terroristas”.

El analista amigo de Chávez: “Uribe es derechista, Bush es derechista, por lo tanto todos los derechistas de Colombia y Venezuela son unos aliados del Imperio”.

Los medios de comunicación: “Estamos felices, ¡por fin! una noticia que no se enfría nunca”.

Militares venezolanos: “Hay que estar atentos con el plan Colombia”.

Militares colombianos: “Hay que estar alerta en la frontera. ¡Pilas con las guerrillas!”.

El nacionalista incendiario de Colombia: “¡El golfo es nuestro!, ¡recuperémoslo!”.

El nacionalista incendiario de Venezuela: “Cerremos la frontera”.

La senadora Córdoba: “Rompimiento, ¿por una llamada?, ¡ni tonta que yo fuera! La aparición de las pruebas de supervivencia demuestra que todo iba bien, que el acuerdo era posible”.

El comisionado de paz: “No se preocupen, yo me encargo de todo”.

Los secuestrados: “Quedó demostrado que nuestra suerte es lo que menos les importa. El protagonismo político del gobierno les es más importante que la vida de nosotros”.

Los familiares de los secuestrados: “Ante tanta euforia nacionalista y guerrerista, nos tocará pedirle a la ONU que intervenga, ¡por favor!”.

El profesor Moncayo: “Y ahora, ¿hacia dónde camino?”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo pienso que las cosas se calmar�n pronto y que todo volver� al normalidad. Paz para venezolanos y Colombianos.
Irma

Anónimo dijo...

Sr. HUGO GONZÁLEZ MONTALVO
Reciba mi sincera felicitacion por su excelente articulo que resume, la diversidad opinática, que las actuales relaciones colombo-venezolanas,generan en el colectivo binacional.Bolivar, al que le han puesto decir cosas que nunca dijo,(aqui en mi patria Venezuela y alla en mi amada Colombia) en su Discurso ante el Congreso de Angostura, cuando se fundo Colombia, la grande, expreso mirando hacia el futuro entonces, hoy el presente, que " un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destruccion"...y cuando alguna persona como Ud escribe tan limpiamente, esta ayudando a que esa cruda realidad se convierta hacia lo mejor , ayuda a construir la base cultura!, creando una " matriz de opinion" correcta.
He vivido en este pais en donde tengo mis raices paternas,desde 1.968, aqui he desarrollado 2/3 de mi ciclo vital, alla tengo mis raices maternas,mi formacion como ser humano.Soy un venezolano-colombiano o digamoslo al reves, un colombiano-venezolano en el mas absoluto sentido de la palabra.Por el imperativo del ancestro, cultura, vivencias, sentimientos, sentidos.Y duele ver como se distorcionan las verdades.Tan cercas, unidos por la geografia en todas sus magnitudes por siempre, pero tan lejos,tan visiones doxologicas, pero con respeto.Gracias, somos varios millones los que en bajo perfil y en silencios, hemos aportado a la Venezuela grande, aportamos a la Colombia grande,nuestra cuota para sus evoluciones., culturales, cientificas, tecnicas ciudadanas, laborales y tambien demograficas.
Leerlo me concilia con El Heraldo, que en mi criterio ,inexplicablemente, presta sus paginas para dañar psiquicamente el alma e imaginario popular, con esos "comentarios" sin filtrar los agravios y las bajezas descalificativas para ambos lados.Una cosa el libertad de Opinion y otra de Expresion pero ambas libertades, como todas las libertades, deben tener sus limites normativos legales, morales y eticos.No existe libertad absoluta, seria o es entonces libertinaje..
Mi cordial saludo,espero volver a leerlo.
Guillermo Tinoco Mejia.
Ingeniero Industrial
Master Of Science
PhD.
gtinocom@gmail.com

Anónimo dijo...

Todas las partes involucradas en el acuerdo humanitario poseen interes particulares,lo que menos les importa son los secuestrados, desde Alvaro Uribe que se siente irremplazable,provocando continuamente el rompimiento de la negociacion, pues su interes es el de recopilacion de datos para dar con la ubicacion de los cabecillas de la guerrilla, y ni que decir de Hugo Chavez que se ve como el personaje principal de uno de los tantos melodramas venezolanos que en alguna epoca inundaron las pantallas de t.v de latinoamerica.