lunes, 2 de junio de 2008

Vencer al acoso moral

Por HUGO GONZÁLEZ MONTALVO
Los investigadores de los procesos pedagógicos nos han advertido de las repercusiones negativas del acoso moral en la formación ética de los ciudadanos, principalmente cuando desde la infancia han estado influidos por el acoso escolar, entendido como el comportamiento destructivo de niños reunidos en pequeñas pandillas contra un solo niño.
Esta actitud la repiten ya adultos cuando se encuentran en el ambiente laboral, el llamado acoso laboral.Entendido como toda conducta ejercida por parte de un jefe o un compañero de trabajo contra un empleado, encaminada a infundirle miedo, intimidación, terror y angustia; generarle desmotivación en el trabajo o inducirlo a la renuncia del mismo. Produciendo un daño psíquico y biológico en la víctima del acoso laboral. Esta conducta es castigada en Colombia por la Ley 1010 de 2006. El acoso laboral es notorio en instituciones altamente jerarquizadas donde el abuso es persistente. En las universidades los investigadores han detectado el llamado “Trastorno de Mediocridad Inoperante Activa” (MIA).Se caracteriza por la intensa envidia hacia la excelencia ajena. El acosador procura destruir por todos los medios a su alcance a la persona que se destaca, debido a sus propios sentimientos de inferioridad o incompetencia profesional.
El investigador J. L. González de Rivera, psiquiatra del Instituto de Psicoterapia e Investigación Psicosomática de Madrid, nos dice al respecto: “El Mediocre Inoperante Activo sufre ante el bien y el progreso ajenos.Callará cualquier información que permita valoraciones positivas sobre otros, mientras que amplificará y esparcirá todo rumor o dato equívoco que invite a la desvaloración y desprestigio de esas mismas personas”.La actual crisis en algunas universidades del país se debe en gran parte a estos acosadores, “psicópatas organizacionales”, que manipulan el entorno para conseguir el silencio cómplice de sus compañeros de trabajo.

Llevemos el acoso moral al ámbito social. Hemos visto en los últimos años en Colombia cómo pandillas de delincuentes han podido lograr un gran poder en distintas instancias de la vida comunitaria, poderío que no hubieran logrado sin el apoyo indirecto y temeroso de gran parte de la población. Habría muchas explicaciones para ello: el silencio de los medios de comunicación, la corrupción generalizada, ignorancia, pobreza, falta de cultura política, etc.Una hipótesis sería: que las personas que tenían valores morales, supuestamente bien consolidados, vieron cómo sus convicciones no les servían para nada si querían triunfar en la vida de la sociedad corrupta, así que decidieron olímpicamente cambiar de actitud hacia la vida.Optaron por ser corruptos también, por callarse. Esto permitió que se persiguiera, hasta llevar a la muerte, a muchas personas que mantuvieron intactas sus convicciones éticas y denunciaron con valentía a los abusadores.Por eso se masacró a poblaciones de campesinos, se asesinó a defensores de Derechos Humanos, a investigadores universitarios, a líderes campesinos y sociales.


En estos momentos, cuando las encuestas sirven maquiavélicamente a los medios y al poder para determinar qué opiniones se deben valorar como verdades absolutas y altamente convenientes para la sociedad, se acosa a las personas que en la familia, en las calles, en el bus, en la universidad o en el bar, opinan de manera diferente. Esto nos recuerda la manera cómo se orientaron las frustraciones de la sociedad alemana contra los judíos y cómo Hitler se aprovechó de ello.

Creo que ahora, cuando se han destapado muchos crímenes, la sociedad debe hacerse un autoexamen y pensar en cambiar colectivamente. Para ello deberíamos considerar que estigmatizando opiniones, como la legalización de la droga para acabar con el narcotráfico o conseguir la paz mediante el diálogo, no son opiniones de terroristas sino opciones que nos corresponde reflexionar y debatir con tranquilidad e inteligencia.Persiguiendo al que piensa diferente sólo nos conducirá a la barbarie. Los colombianos merecemos vivir en una sociedad tolerante.

Publicado en el Heraldo


6 comentarios:

Anónimo dijo...

De: Natalia Rojano natyrojano@hotmail.com

Me gusta mucho ese enfoque del acoso moral. Siempre he pensado que una posición radical de cada uno, de nosotos todos, contra "la propaganda, tipo apología de los delitos" a que nos someten los medios de comunicación, en nombre del derecho a la información, no hacen sino alienar conciencias. Todo esto sumado a la tendencia de "todos contra uno", no por que los defectos de ese uno sean el problema, sino porque los otros también quieren lo que ese uno tiene. La dialéctica de la ambición. Vale la pena seguir profundizando en el concepto del acoso moral y las diversas formas comno se camufla alienándonos socialmente a todos.

Un abrazo
Natalia

Anónimo dijo...

jose luis conte
jote24@hotmail.com

Buen articulo,
En mi opinión, con bases, pedagógicas, estudios ajenos, no una simple opinión.

Muy importante, no señalando en tono de agresividad. Es en tono invitando a la reflexión, más dando cara a la situación.

abrazo

Anónimo dijo...

De: MIGUEL ANIBAL MUNARRIZ FERRANS michemunarriz@gmail.com

Excelente crónica del día de hoy.Inmancable lector.
Miguel Munárriz

Anónimo dijo...

DE: Jorge Enrique Senior jsenior@enred.com

Buena columna viejo Hugo

Este tema me parece fundamental

La derechización del pais y su degradacion etica van de la mano

Y merece una investigación cultural a fondo
saludos

JES

Anónimo dijo...

DE: Janet Nuñez
kalusa@telecable.es

Hola!
Tienes razón en tu artículo, hay que luchar contra el acoso moral, laboral, académico, en fin... en todos los ámbitos.
Un abrazo y sigue adelante.

Anónimo dijo...

Deisy Santos dede Venezuela nos escribe:

Sr. Hugo, mis respetos.

Mi nombre es Deisy Santos y me siento muy identificada con su art�culo sobre el acoso laboral, no soy de Colombia pero soy de un pa�s hermano, Venezuela.
Trabajo en la Universidad Nacional Experimental del T�chira (UNET), como asistente de laboratorio desde hace 3 a�os y medio, a�n contratada, hice mis pasantias aqui, trabaje 1 a�o de gratis adquiriendo destrezas, gracias a 1 persona que me hizo la vida de cuadritos,hasta el punto de mandarme a decir que ella era u�a y mugre con el Rector y si queria me mandaban a botar y asi lo hizo el 3 de agosto del 2007, trabajaba en 1 laboratorio de Investigaciones Microbiologicas,pero apele por un abogado y volvieron a engancharme, ya tengo 1 a�o trabajando con pol�meros y ciencias exactas. El punto es que le metio tanto casquillo a los responsables de los laboratorios que me mandaron a botar, hicieron un memorandum para no renovarme mi contrato. Solo por no estar en acuerdo con algo que en contra de las normas de la Universidad, resguardando los bienes nacionales. Ahora ando en una sosobra, hasta me voy de la UNET, renuncio el 8 de agosto.DIOS mediante.

Muy agradecida me gustaria que la gente se enterara en venezuela sobre esto que ocurre no solo all� sino aqui tambien.