Modelo desfile en carnaval de Río de Janeiro, Brasil¿Pueden coexistir los dos modelos de canaval ?
Opiniones, espontáneas y sin pretensiones de verdad, sobre diversos temas interrelacionados, como: la ciudadanía planetaria, la bacanería, la Caribanía y la actualidad cultural, social y política. Este Blog fue creado por Hugo Rafael González Montalvo (q.e.p.d) Actualmente es administrado por la Fundación Bacanería Planetaria, Bacanes y Bacanas del Mundo.
Modelo desfile en carnaval de Río de Janeiro, Brasil
Por HUGO GONZÁLEZ MONTALVO
Después, transito las callejuelas adyacentes, atravieso los puentes y encuentro por doquier músicos, bailarines, acróbatas y teatro.
En esos espacios para el esparcimiento colectivo nunca fue necesaria la presencia ostensible de ningún policía. Conservo de esos días el recuerdo de haber vivido en un ambiente de permisión y respeto al goce.
Mucho tiempo después regreso a mi tierra, asisto al carnaval en la Vía 40. Hay sogas que dividen el espacio y soldados que controlan. Una multitud pasiva que observa y unas comparsas y disfraces que desfilan.Para obtener una vista preferencial es preciso pagar para subir a los palcos. Se nota que el espectáculo, con su alegría, se resiste al orden que se le quiere imponer. Sin embargo, el espíritu festivo que reina hace que la gente muy poco se detenga a cavilar sobre si esa es la mejor manera de disfrutar sus fiestas.
Hago la anterior comparación solo para tenerla como una referencia. La intención es la de que nos sirva de guía hacia la posibilidad de encontrar una solución al conflicto que anualmente se nos presenta en nuestras fiestas: una población deseosa de participar en el carnaval y unos espectáculos que limitan esa participación.Además, se evidencia una contradicción entre el espectáculo público y gratuito que brinda una parte de la comunidad y el usufructo privado que algunos pocos hacen del mismo.Habría que separar lo público de lo privado, para que cese la confusión.
Una posible solución sería que el Estado (el Distrito) brinde condiciones favorables para que la comunidad organizada realice espontáneamente sus fiestas en adecuados espacios públicos previamente convenidos.Donde la gratuidad y la libertad sean requisitos indispensables para que las tradiciones del carnaval y el folclor se mezclen dinámicamente con las manifestaciones emergentes de las nuevas generaciones.Al tiempo, el Distrito debe facilitar a los empresarios privados la realización simultánea de espectáculos pagos de carnaval, ofrecidos esencialmente a turistas.De esta manera las cosas quedarían claras: las comparsas o disfraces que se presenten en esos espectáculos (los negocios privados) serán las que se contraten, pagándoles por sus servicios de recreación profesional.El grueso de ciudadanos, la mayoría que solo pretende gozar la fiesta, disfrazados como quieran, podrán deambular a sus anchas por calles y plazas de unas ciudadelas del carnaval en distintos barrios de la urbe donde sea realizable el sueño de que el espectáculo de carnaval se disfrute sin limitaciones.Esta es una condición necesaria para que retorne el carnaval originario, para que el barranquillero vuelva a ser no solo espectador sino el verdadero actor de las fiestas.



Por ejemplo, las ciudadelas en un barrio: El Barrio Abajo.
Algunos habitantes del Barrio Abajo, pueden proponer su vecindad como un lugar apropiado para dar inicio a este experimento que integraría armónicamente lo emergente con lo ancestral. Las razones para la postulación son muchas: su excelente ubicación urbana; la memoria histórica, el espíritu carnavalero y sentido de vecindad que conservan sus residentes; su arquitectura tradicional; la presencia de gran cantidad de artistas y grupos folklóricos entre sus moradores. Prueba de lo anterior es la experiencia exitosa de la comparsa “ La Rebelión de las Autenticas Marimondas del Barrio Abajo”.
Aporto una experiencia personal:
Junto con un grupo de entusiastas vecinos y amigos del Barrio Abajo, integrados en ese momento en la Red Cultural Caribanía, realizamos unos ensayos de esta idea. En algunas calles del barrio, los días 15 de febrero y 3 de marzo de 2003, comprobamos la factibilidad de la propuesta: realizamos recorridos de gente disfrazada, se pintaron murales, la gente se concentro en algunas esquinas. Estuvo divertido.
Otra experiencia personal:
El carnaval es una fuente de poder, para lo bueno o para lo peor. Puede ser también un magnifico ejercicio de participación democrática de la ciudadanía. El carnaval es una acción colectiva de la comunidad, expresión de rebeldía y de carácter libertario. Yo tuve una experiencia en el Carnaval Alternativo de Venecia en 1986, realizado todos los años por jóvenes rebeldes que retan al carnaval oficial. Brevemente comento. Fue una vivencia intensa de anarquismo cultural en su más pura expresión. Ahí todo era radical y contestatario: los vestidos, la música, los gestos, etc. Este carnaval, por supuesto, no es publicitado.
La decisión final, sobre esta propuesta, depende de muchos factores, por lo pronto nos corresponde divulgarla. Y si es preciso en el próximo carnaval hacer un ensayo con todas las de la ley. Las autoridades y ciudadanos barranquilleros tendrán la palabra.



¿Se puede superar esta situación?
¡Pero eso no es fácil!
Real Academia Española