jueves, 7 de agosto de 2008

Barranquilla, propuesta cívica: Ciudadelas de Carnaval

EFE
Por: Hugo González Montalvo

Muchas personas, vía e-mail o en tertulias, me han expresado su preocupación por la custodia de la cultura popular en el Carnaval de Barranquilla. Amplío algunos conceptos planteados anteriormente.

El desfile, ¿la única forma de carnaval?
Es posible que así lo crean muchos barranquilleros, los que desconocen que en el carnaval estuvo vigente el modelo carnavalesco. Este modelo, el más antiguo de la humanidad y propio de la fiesta popular, le permite al participante intercalar constantemente sus roles de actor y espectador en un espacio público sin restricciones. En nuestro Caribe subsiste este modelo en los fandangos y cumbiambas de los pueblos y en las verbenas de los barrios populares de algunas ciudades.

¿Qué dificultades impone el modelo desfile?
Limita el espacio y divide al público entre actores y espectadores. Es más apropiado para la ostentación del poder, las paradas o marchas militares. Desfiles “de carnaval” se están realizando en cualquier época del año y en cualquier ciudad.

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¿Qué se propone como alternativa?
Que en determinados sectores de la ciudad, en un espacio público sin divisiones ni clausuras, previamente acondicionado (engalanado y decorado) y con todas las medidas de seguridad, los vecinos se organicen y realicen los carnavales. En estas cuadras, avenidas, bulevares, plazas o parques, llamadas Ciudadelas de Carnaval, se desarrollarían las fiestas al aire libre, la población podría deambular con sus propios disfraces en un espacio sin barreras. En las ciudadelas carnavaleras habría una circulación permanente de monocucos, marimondas y toritos para asombro y deleite de los turistas. La calle sería un espontáneo escenario con bailes, grupos musicales folclóricos y comparsas. Una ocasión para que los barranquilleros exterioricen su imaginación y su creatividad.

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¿Es posible que convivan los dos modelos, desfile y carnavalesco?
Claro, algunos desfiles con palcos pagos funcionarían como industria cultural, como negocio privado, y se ofrecerían especialmente al turismo. Allí a los grupos folclóricos se les pagaría por su presentación. Coexistirían con las ciudadelas que deben funcionar como una autentica fiesta popular.

EFE

¿Por qué debemos impulsar la creación de las Ciudadelas de Carnaval?
Porque en ellas, se ampliaría la participación del público que no puede pagar o desplazarse a los desfiles y, además, porque se enriquecería el patrimonio cultural de la ciudad.

¿Quiénes las gestionarían?
Las Ciudadelas deben ser espacios autogestionados por los pobladores del barrio, organizados en asociaciones de vecinos y contando con el apoyo de las autoridades. Con un sólo interés: realizar las fiestas con la mayor seguridad y diversión posible.

¿Dónde se podrían realizar?
Por ejemplo: en los bulevares del Prado, Simón Bolívar; en Siete Bocas (Recreo), la Plaza de la Paz, Calles del Barrio Abajo o en cualquier cuadra donde se estime conveniente.

¿Cómo podrían ser esas Ciudadelas?
En lo posible, todo el mundo debería estar disfrazado de lo que se les ocurra, bailar como le plazca y circular a sus anchas. Tendrán lugares específicos para las ventas de bebidas, comidas típicas y souvenires. Se regularán los equipos de sonido para que el disfrute de la música en vivo sea mayor. Para que el carnaval cada año sea diferente y recobre su esencia burlona y popular, se estimulará la invención de nuevos disfraces.

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Usted lector, que ama al carnaval, ¿se anima a organizar una ciudadela en su cuadra?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo, vamos a organizar las ciudadelas de carnaval.
Humberto

Anónimo dijo...

EXCELENTE PROPUESTA. A ESTO LE AGREGARIA LA PRESENTACION EN LA CALLE DE GRUPOS FOLCLORICOS SIN TARIMA CON SU MUSICA EN VIVO Y DURANTE LOS CUATRO DIAS DE CARNAVAL APOYO LA PROPUESTA Y CONVOCO A MI GENTE CERCA DE 7 BOCAS A ORGANIZARNOS.

Anónimo dijo...

Por Viejon
http://www.elheraldo.com.co/ELHERALDO/BancoConocimiento/C/colum11agos-4/colum11agos-4.asp?CodSeccion=42

A los organizadores de nuestros carnavales les falta darse un paseo a conocer como se celebran otros carnavales en otras latitudes, por ejemplo, los carnavales de Las Palmas de Gran Canaria, o los carnavales de Veracruz Mejico, o los de Tenerife tambien en Islas Canarias, o los de Trinidad en Trinidad and Tobago Island. Todos estas celebraciones en estos sitios han sido declaradas patrimonio cultural desde hace muchos años y el tratamiento que le dan los organizadores de estos, es siempre sin animo de lucro; todo lo contrario de la forma de administrar nuestros politizados patrimonios, los corruptos directivos de turno. punto.