viernes, 5 de enero de 2007

Bacanería íntima, social y planetaria.

La bacanería como emoción biológica no es exclusiva de nuestro barrio, ni de una determinada región, sino que está presente en todos los seres humanos.
La bacanería se vive localmente pero su origen es planetario. Está presente en todas las culturas, aunque se distingue con otros nombres. No está concientemente mundializada con el mismo nombre.

En nuestra propia vecindad se sabe que sólo son bacanas aquellas relaciones de convivencia que se fundan en la aceptación del otro sin exigencias. En esa convivencia bacana no se necesita más distinción que la que nos permite concebirnos como seres humanos y reconocer esa misma condición en los otros. Por eso se habla de la cultura de la bacanería como un instrumento que nos humaniza, que nos permite autotransformarnos individual o colectivamente en seres humanos. Es un conocimiento adecuado y conveniente para contrarrestar en los tiempos contemporáneos a la tendencia que sólo promueve el consumo egoísta.

Los bacanes y bacanas están convencidos que sólo el respeto y el reconocimiento de lo común biológico cultural de las distintas poblaciones humanas nos abrirán camino hacia una nueva forma democrática de habitar el planeta: la bacanería íntima y planetaria.