viernes, 26 de enero de 2007

El concepto de matria y la ecología política.

Ante problemas como las guerras, el hambre, la contaminación y el calentamiento global surge la necesidad de convocar a la mayor cantidad de personas alrededor de una idea planetaria. Muchos de nosotros ante las pequeñas dificultades domésticas, a veces, no alcanzamos a mirar más allá del absorbente entorno. Sabemos que la inmensa mayoría de los humanos tiene motivaciones egoístas e inmediatas para actuar en su cotidianidad. Se aglutina en identidades culturales, ficciones que funcionan como realidades jurídicas y militares. Por lo general tenemos muy arraigadas las identidades que nos impiden que miremos el amplio paisaje planetario como un todo propio.
La emoción de patria y la realidad sociocultural del Estado Nación todavía unifica a los pueblos. Frente a dispersión anterior se propone el concepto de matria que nos remite al inicio de los tiempos, a la madre tierra, al origen común, a la pertenencia a la especie humana. Noción opuesta a la de patria, concepto relativo a un terruño especifico y al pater guerrero que comanda a la organización bélica que lo defiende o ataca a los vecinos.
Entre los humanos es aún difícil alcanzar la conciencia planetaria que evoca el concepto matria. Las guerras y los frecuentes roces entre vecinos nos dicen a las claras el poco discernimiento sobre nuestro destino común. Mientras tanto las transnacionales para hacer negocios no se detienen ante ninguna frontera nacional, se asumen como entidades globalizadas. Actúan unificadas con mentalidad mercantil en cualquier lugar del planeta. Igualmente, entidades como la OMC, el FMI, el banco Mundial o los gobiernos de las grandes potencias determinan sin atenuantes el futuro de toda la humanidad. La inmensa mayoría de los humanos no tiene incidencia en las decisiones de unos pocos que marcan el destino de la tierra. Es evidente la injusta distancia entre una población que despilfarra en países privilegiados y una que sufre de hambre en países marginados.
La matria y la ciudadanía planetaria son dos nociones que por ética biológica debemos comenzar a pensar con más frecuencia. Los gobiernos tendrán que desarrollar una política a favor de la conservación de la matria. Pasar de una política ecológica para la patria a una ecología política para la matria.

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