miércoles, 31 de enero de 2007

La situación de El Heraldo, ¿Libertad o censura?, ¿represión o prevención?

Todos los poderes del Estado en un régimen democrático deben estar en armonía para procurar los fines comunes que la sociedad plasmó en su Carta Magna. Este es un principio general de las Ciencias Políticas. Pero con frecuencia es olvidado por funcionarios que ejercen su cargo como si estuvieran investidos de un poder no delegado por voluntad popular sino por uno de origen personal.

Una de las diferencias fundamentales entre un régimen democrático y uno autoritario, con relación al tratamiento de los delitos, es si aplica como política de Estado la prevención o la represión.

La prevención es propia de los regimenes dictatoriales que consideran a los ciudadanos como menores de edad, no responsables de sus actos, y por lo tanto deben impedírseles la libertad de decidir por cuenta propia. Hay una presunción de que actuarán de mala fe, que los motiva el dolo o que son incapaces mental o moralmente para comportarse en sociedad. Justifican así la intervención de la violencia institucionalizada para coactar las posibilidades del desarrollo de la personalidad del individuo o de las manifestaciones de la voluntad política de la población. Estos regimenes no se basan en una ley previa al ejecutar una acción policial o judicial. Esconden en el fondo un temor al libre cuestionamiento de la autoridad estatal y la posibilidad democrática de reemplazarla mediante elecciones o quieren impedir que cambie el régimen jurídico con nuevas leyes o una asamblea constituyente.

Por otro lado están los regimenes represivos que, contrario a la opinión tradicional, son más democráticos ya que, precisamente, reprimen los delitos basados en leyes previas y sólo como consecuencia de actuaciones que violan los bienes jurídicos protegidos. El ciudadano responde por sus actos ante la ley. Las ciencias jurídicas tienen establecido en que momento se inicia el proceso de comisión de un acto delictivo, se le conoce como el “inter criminis”.

Lo anterior es bueno recordarlo en estos días cuando se están justificando censuras, detenciones y hasta masacres porque las personas victimas de estas arbitrariedades fueron sospechosas de pensar diferente, o se presumía que tenían la voluntad de cometer un delito.

Con ocasión de la medida que se oficia a El Heraldo, impedirle divulgar opiniones sobre hechos públicos, la ciudadanía, con razón, tiene la impresión de que se está afectando el derecho a la información veraz y oportuna. Igualmente que se está atentando contra la libertad de expresión de la comunidad sobre los sucesos cuestionados. Se está practicando una medida preventiva, se presume que el periódico al seguir comentando va ser irresponsable.

En este sentido, los periódicos impresos, en los tiempos acelerados que transcurren, se diferencian de los otros medios de información no por comunicar una noticia con mayor rapidez sino por la opinión que sobre ella asume el periodista que con su firma responde ante el lector y la ley. Los celulares, la radio, la televisión y los diferentes sitios en Internet facilitan una información rápida. Le llevan la noticia casi de inmediato al ciudadano. Por lo tanto el papel del periódico impreso hoy es esencialmente de medio reposado y racional para comentar, opinar, orientar y educar sobre la realidad histórica del presente. Es esa labor la que está en peligro si las medidas que se anuncian contra El Heraldo se aplican definitivamente.

Sin embargo es importante decir que el ciudadano debe ser protegido en su derecho al buen nombre, a que su dignidad no sea afectada por simples rumores y que no se le exhiba como culpable cuando su caso está en una etapa de simples averiguaciones judiciales. Si el periodista abusó del sagrado ejercicio de su profesión y fue irresponsable al difundir noticias falsas o afectó innecesariamente el prestigio de una persona, debe responder. Pero no debe impedírsele el libre ejercicio de la profesión aun a riesgo de que se equivoque.

Es entonces urgente que se reestablezca la seguridad jurídica, que sepamos con certeza que estamos en un régimen que reprime al delito y no en un régimen autoritario que castiga la presunción infundada de que se va a cometer un trasgresión a la ley. La ciudadanía toda debe pronunciarse frente a estos hechos y dejar claro cual es su pensamiento al respecto.

Alex opina desde Las Canarias.

Hemos recibido el siguiente envío participativo del 31 enero 2007 desde Lanzarote, Islas Canarias, España.
Latinoamérica le quita el sueño a los fachas
http://www.cronicasdelanzarote.es/article.php3?id_article=7077
Por Alex Salebe Rodríguez.
Periodista Caribano Barranquillero.

Columnistas, políticos y sobre todo politiqueros del continente americano y fuera de él, muchos sin conocer la realidad, intentan transmitir una situación de miedo arengando que Latinoamérica se está cubanizando. Aunque el mayor de los últimos berrinches fue después del discurso de posesión del presidente venezolano, Hugo Chávez, las alarmas volvieron a saltar con la declaración del nuevo mandatario de Ecuador, Rafael Correa: “Cuba y Latinoamérica son una sola nación. Llegó la hora de buscar nuestro destino común”. A mí, como colombiano, me encantaría que mi país tuviera un sistema educativo ambicioso y de resultados palpables, que toda la población accediera a servicios médicos públicos altamente cualificados y con rapidez, que el 40 por ciento de la niñez no viviera en la pobreza absoluta, que un número significativo de menores de edad se dedicara a estudiar y no a trabajar, que el país pudiera ayudar a otros pueblos a solventar carencias de servicios básicos para vivir dignamente, y que, entre otros aspectos, Colombia destacara en los Juegos Olímpicos. No son utopías, son objetivos alcanzables, y, les guste más a unos que a otros, Cuba los ha conseguido con reconocimientos como el de la excelencia educativa proclamado por Naciones Unidas. Si a esa buena marcha de la economía real, la que sienten directamente los ciudadanos, se le tacha de cubanizada, pues bienvenida sea. Leyendo textos escritos por autores conservadores me encuentro con inesperadas contradicciones. Por un lado, la defensa a ultranza de la economía de mercado y, por otro, críticas al presidente ecuatoriano por el anuncio de importar a bajo coste medicinas genéricas de calidad producidas en Cuba. En Ecuador y también en Colombia hay gente que se ha muerto en la puerta de Urgencias por no tener un fajo de billetes, chequera o tarjeta de crédito para respaldar económicamente la atención médica. Lo digo con conocimiento de causa, la educación y los servicios sanitarios se han convertido tristemente en negocios crueles. No es casualidad la seguidilla de derrotas electorales sufridas por partidos tradicionales latinoamericanos ni la votación histórica alcanzada por la izquierda colombiana en las últimas elecciones presidenciales, muy a pesar del clientelismo y de la infiltración y control que ejercen los grupos de extrema derecha (paramilitares) sobre el poder legislativo. Al alcalde de Londres, Ken Livingstone, le preguntaron por qué visitó Cuba al poco tiempo de conocer la elección de su ciudad como sede de los Olímpicos 2012, a lo que respondió diciendo que si un país tan pequeño y con menos recursos económicos que las grandes potencias era capaz de ganar medallas, será por su buen trabajo, así que viajó para aprender. No es malo copiar y si se trata de servicios sociales diría que es imprescindible.

Quizás las artes plásticas revivan irreconocibles en el reino misterioso de lo posthumano.


En el campo del arte no hay (no puede haber) un modelo o estilo único internacional que lo guié hegemónicamente. A continuación divulgo algunas ideas que circulan en los diferentes ámbitos de las arte visuales. Muchas son contradictorias. Lo cual es muy diciente de la actual situación. El lector o lectora, frente a cada una de ellas, las confrontará con su propia opinión.

Muchos creadores de hoy renunciaron a la pretensión de una visión “universal”, eurocentrista del arte.

El gusto de las elites, intelectuales o económicas, todavía guía a muchos artistas en su actual producción.

Un buen sector del público continúa deleitándose en el ensueño clásico y renacentista e ignora el resto del arte. Otro sigue anclado y complacido con Picasso y el Arte Moderno.

Yasumasa Morimura


El circuito de elite del Arte Contemporáneo se guía por las listas de los artistas que son famosos por aparecer en las revistas patrocinadas por las galerías de arte.

Los artistas europeos y estadounidenses son los que acaparan la atención en el escenario postmoderno de las galerías, museos, revistas, curadores y críticos afectos al sistema.

En el campo institucional, prevalece la presencia hegemónica de un arte que complace los intereses y los gustos estéticos de los compradores inversionistas.

El gran público consume como arte los productos banales, livianos, que le ofrece como moda las industrias culturales del entretenimiento a través de los diversos medios masivos.

Hay un público que se refugia en su tradición estética local, se divierte, y le basta, con los productos folklóricos regionales.

Fotografía de Pieter Hugo
Está también un público intranscendente que sin mayores pasiones tiene un gusto híbrido, indeterminado, maleable.

Existen artistas que buscan conmover con el dolor y ocultan las causas que originan los conflictos. Hacen invisible la injusticia social. Solo quieren provocar lastima, ocultan a los victimarios.

Existe un arte de resistencia. En el territorio virtual de la Internet surge un arte alternativo, contestatario. Un Arte Cibernético Libertario.


“¿Qué significa vivir en un mundo en el que cualquier cosa puede ser una obra de arte?" "Basta con inventar una crítica adecuada para que un objeto sea o no una obra de arte".

"El arte es todo lo que los hombres llaman arte". Sí, pero no todos los hombres tienen esa potestad sino los hombres afectos al poder institucional del arte.

Tunick

El museo es un instrumento de control por cuanto el visitante es pasivo, sumiso, un simple consumidor, no somete a discusión lo expuesto en él.

Muchas obras de arte sólo pueden existir en el contexto institucional del objeto museable, fuera de él no serían más que simples artefactos sin significado.

A pesar de todos los experimentos, solo la Internet es una clara alternativa al “mírame y no me toques” del Objeto Arte en el museo.

En la crítica de arte, por lo general, se utiliza un lenguaje retórico, que no permite al público adolescente y juvenil acercarse al fenómeno artístico.

Gran parte del arte contemporáneo se ha ido transformando en un lujoso y frívolo jeroglífico; cuya solución constituye el principal entretenimiento de una minoría de iniciados.

El Arte Contemporáneo huye de las reglas fijas. Se resiste a ser clasificado y encasillado.Irrita al público tradicional, que se siente incomodo, porque le muestra un aspecto espantoso de su propia vida.
Los artistas de hoy develan una realidad absurda e irracional con obras que en sí mismas no son ilógicas ni demenciales.

Fotografía de Pieter Hugo

“Los artistas de hoy son en general más cultos y mejor informados que en cualquier tiempo pasado.”
La continua destrucción de las formas de arte constituye la Historia del Arte.
Los niños y adolescentes de hoy tienen tantas facilidades de acceso a los medios creativos electrónicos que viven en una realidad virtual lúdica y fantástica, y es por eso que la experiencia artística se está convirtiendo en una actividad indiferenciada e inclasificable.Quizás el arte, con su presencia múltiple e incontrolable en la Internet, se desvanezca, y luego, a lo mejor, reviva irreconocible en el reino misterioso de lo posthumano.

Vecinos y relaciones internacionales de Colombia

Que los vínculos entre países no son exclusivamente relaciones entre gobiernos sino que deberían ser relaciones entre los pueblos es un deseo que pocas veces se cumple.
En el caso actual de Colombia es muy diciente la situación de roces con nuestro vecindario. Por la experiencia adquirida en la historia reciente, el gobierno colombiano debería darle prioridad a las relaciones económicas, culturales y de cooperación entre las poblaciones fronterizas. Aunque a veces suene desalmada la expresión, pero el gobierno debe ser pragmático, hacer caso omiso de la ideología. El intercambio comercial de productos y servicios beneficia a la población necesitada que poco le importa la procedencia del producto barato o el destino de la exportación.
Los afectos y la cultura común son factores a considerar al pensar en deteriorar los vínculos diplomáticos. Gústenos o no el presidente Chávez, igual seguiremos de vecinos y comerciando. En el caso de Ecuador hay un ingrediente humano a considerar, miles de compatriotas desplazados por la violencia están refugiados en el vecino país. Ese solo hecho nos debería encaminar a una mayor colaboración humanitaria, a ofrecer al hermano país soluciones al problema.
En las relaciones internacionales, por obligación constitucional, el gobierno debería considerar en primer lugar las conveniencias del país. Como estamos comprometidos en la lucha contra el narcotráfico internacional, hemos puesto en peligro las buenas relaciones con Ecuador. Sería importantísimo para el bienestar del país que lleváramos a consulta popular, luego de un debate serio, científico, académico, jurídico y económico, una propuesta de legalización controlada del comercio de las drogas adictivas. Resulta ofensivo para la inteligencia, por ser de simple sentido común, continuar con la prohibición ya que esta genera mayor ganancia a los narcotraficantes. El precio que hemos tenido que pagar en vidas humanas, en recursos naturales, en el deterioro de la moral pública y en dineros del Estado es muy grande e injustificado. Si los países consumidores no está colaborando con reprimir seriamente a sus comerciantes de drogas ¿por qué nosotros tenemos que llevar la cruz del desprestigio internacional y además con los muertos de la lucha contra los criminales? Lo triste es que a larga, con los años, la droga será legalizada, controlada médicamente en su consumo y jurídicamente en su producción, y el dolor nuestro va ser considerado como un sacrificio inútil. Para fortuna de los colombianos, la opinión mundial cada vez comprende mejor que el problema es de salud pública y no de orden publico.
Los ciudadanos sabemos que son temas polémicos, que hay muchos intereses en juego, que son variados los puntos de vista, que hay opiniones basadas en conceptos religiosos y morales. Que prolifera la confusión en el momento del análisis. Pero aunque sea difícil el asunto, es necesario adquirir madurez política asumiendo los debates públicos que tengamos que realizar. La voz la tienen principalmente aquellos que sufren los efectos perversos de la incomprensión intelectual de un fenómeno que tiene imprevisibles consecuencias planetarias.

viernes, 26 de enero de 2007

¿Sólo los memes sobrevivirán al calentamiento global?


Según el actual conocimiento científico es inevitable la destrucción de la vida en la tierra. El sol, al aumentar su tamaño, recalentará de tal manera a nuestro planeta que tendríamos que trasladarnos a otro cuerpo celeste habitable en alguna galaxia vecina para subsistir como especie. Como la vulnerabilidad de nuestra biología no nos permite largos viajes parece que quienes viajarían no serían los genes, sino los memes- un meme es la mínima unidad de información cultural transmisible. Es decir, una parte de nosotros convertida en inteligencia artificial nos subsistirá. Y ese viaje intergaláctico sólo sucederá si desde ya nos preparamos, acelerando las investigaciones en los diferentes campos relacionados con el escape de la catástrofe final. Para las actuales generaciones de la especie humana estos hechos no representan la menor preocupación al saber que están calculados para que ocurran en un futuro muy lejano.
La situación es bien distinta cuando hablamos del calentamiento global provocado por los gases emanados por la industria y los automóviles. El aumento de la temperatura en la tierra ahora, el famoso efecto invernadero, provocaría un deterioro en la calidad de vida de las generaciones futuras inmediatas. Es una responsabilidad de los humanos todos actuar para frenar el despilfarro en el consumo de los recursos no renovables que causan este suicido colectivo. La pregunta sensata sería: ¿cómo evitar esta muerte anunciada?
En estos momentos existe una importante corriente de opinión mundial que promueve la conservación de la biosfera exigiendo racionalidad en las conductas tanto de los individuos como de los gobiernos. El presente nos reclama que recordemos nuestro origen común biológico y que ejercitemos una ciudadanía planetaria. Cuidar nuestra nave espacial, esplendido y vulnerable hogar celeste, es un compromiso ineludible.

El concepto de matria y la ecología política.

Ante problemas como las guerras, el hambre, la contaminación y el calentamiento global surge la necesidad de convocar a la mayor cantidad de personas alrededor de una idea planetaria. Muchos de nosotros ante las pequeñas dificultades domésticas, a veces, no alcanzamos a mirar más allá del absorbente entorno. Sabemos que la inmensa mayoría de los humanos tiene motivaciones egoístas e inmediatas para actuar en su cotidianidad. Se aglutina en identidades culturales, ficciones que funcionan como realidades jurídicas y militares. Por lo general tenemos muy arraigadas las identidades que nos impiden que miremos el amplio paisaje planetario como un todo propio.
La emoción de patria y la realidad sociocultural del Estado Nación todavía unifica a los pueblos. Frente a dispersión anterior se propone el concepto de matria que nos remite al inicio de los tiempos, a la madre tierra, al origen común, a la pertenencia a la especie humana. Noción opuesta a la de patria, concepto relativo a un terruño especifico y al pater guerrero que comanda a la organización bélica que lo defiende o ataca a los vecinos.
Entre los humanos es aún difícil alcanzar la conciencia planetaria que evoca el concepto matria. Las guerras y los frecuentes roces entre vecinos nos dicen a las claras el poco discernimiento sobre nuestro destino común. Mientras tanto las transnacionales para hacer negocios no se detienen ante ninguna frontera nacional, se asumen como entidades globalizadas. Actúan unificadas con mentalidad mercantil en cualquier lugar del planeta. Igualmente, entidades como la OMC, el FMI, el banco Mundial o los gobiernos de las grandes potencias determinan sin atenuantes el futuro de toda la humanidad. La inmensa mayoría de los humanos no tiene incidencia en las decisiones de unos pocos que marcan el destino de la tierra. Es evidente la injusta distancia entre una población que despilfarra en países privilegiados y una que sufre de hambre en países marginados.
La matria y la ciudadanía planetaria son dos nociones que por ética biológica debemos comenzar a pensar con más frecuencia. Los gobiernos tendrán que desarrollar una política a favor de la conservación de la matria. Pasar de una política ecológica para la patria a una ecología política para la matria.

jueves, 25 de enero de 2007

Test personal para evaluar la íntima y social bacanería.

Existe una bacanería íntima. Está en el interior de cada uno de nosotros. Es simultáneamente emoción y pensamiento. El pensamiento sobre la bacanería íntima es una recombinación de ideas escuchadas, leídas, pensadas o soñadas relacionadas con el tema de la buena vida. El lector o la lectora sabrá si está o no de acuerdo con las siguientes ideas. Son frases que provienen de diferentes fuentes e inspiraciones. No están en orden de importancia. Son apenas las primeras de una recopilación mayor. Los bacanes y bacanes que hemos contactado y con quienes interactuamos nos dicen que se identifican con muchas de ellas. No existe una persona totalmente bacán, porque no se es bacán o bacana, se está siendo bacán o bacana. Por favor nos comunican con cuales pensamientos se identificaron más. La bacanería íntima es discreta, al final ustedes se responderán así mismos cuan bacanes o bacanas se sienten interiormente.

Trato de poetizar mi vida.
Busco, encuentro o invento afinidades donde en apariencia no hay conexiones.
Experimento el discreto fluir de la deriva natural.
Percibo el misterio de lo insondable.
Gozo mi respiración en el ahora cósmico.
Reconozco que pertenezco a la matria, a la madre tierra.
Me siento alegre como humano entre humanos.
Por lo regular mi emoción satisface a mi espíritu.
Me reconozco como un fenómeno complejo, nacido de lo natural y nutrido con lo cultural.
Cultivo la amistad.
Dios existe en mi actitud amorosa con los otros. Participo de su creación colectiva y convoco su presencia al religarme humana y amorosamente con los otros.
Intento proyectar simpatía.
Prefiero el dialogo a la agresión.
Mi seriedad no se confunde con aburrimiento.
Mi alegría es responsable.
Me propongo actuar con cortesía.
Rechazo la violencia.

Amo y cuido al ecosistema.
Prefiero la democracia.
Me transformo desde el feliz acontecimiento de estar vivo.
Trato de estar atento todo el tiempo, inclusive en el dulce ocio creativo.
Reconozco mi origen común biológico, planetario.
Abro los ojos y experimento el goce de vivir entre los humanos.
Disfruto de la música, clásica, popular o internacional contemporánea. Me estimula el cuerpo y el espíritu.
Intento cumplir mi propia profecía.
Experimento una agradable y positiva emoción por pertenecer a la especie humana.
Intento ser amable.
Procuro saber elegir.
Intento entender lo común de las distintas poblaciones humanas.
Práctico el altruismo recíproco.
Reconozco que en cada una de nuestras conductas, en nuestra propia concepción del yo, en nuestros sueños, en los sentimientos más íntimos, está presente la cultura.
Observo optimista el horizonte que conmigo se desplaza.
Soy un fluir constante y misterioso en la recombinación de la vida.
Acepto que la cultura nos transforma de la misma manera en que nosotros la transformamos.
Procuro ser decente.
Me esfuerzo por controlar la insolencia de mis instintos agresivos.
Intento excluir la desidia en el cumplimiento de mis deberes.
Acepto al otro como humano.


Deseo construir mundos mejores, utopías posibles.
Procuro que nadie pierda en la convivencia social.
Esquivo los determinismos paralizantes o las utopías ingenuas.
Soy una idea que se realiza en el presente.
Solo intento conseguir lo óptimo.
Me esfuerzo por alcanzar lo posible del ideal.
Percibo "el mundo como es" y lucho por el que “debe ser".
Experimento un profundo sentimiento de amistad y fraternidad.
Busco un modo amable y simpático de vivir.
Construyo mi propio estilo de vida.
Busco la autenticidad.
Experimento un goce íntimo, social y planetario.
Celebro la vida de una forma intensa y prudente.
Uso los recursos disponibles, materiales y simbólicos, de manera inteligente y justa.
Busco construirme una serena fuerza interior.
Intento actuar “a lo bien”.
Busco alcanzar una sensación de plenitud ética.
Soy optimista, vivo con dignidad.
Lucho por permanecer con un estado mental estable, sereno ante la dificultad
Me esfuerzo por asumir una conducta justa y solidaria, una conducta ética.
Actúo basado en un acuerdo tácito: le aporto a la comunidad lo que ella espera, racional y justamente, de mí.
Respeto el sagrado deber cultural y biológico de vivir como humano.
Aprecio la vida como una experiencia mística.
Experimento el gozo del yo unido a la complejidad del todo.
Actualizo mi memoria biológica con mi gesto amoroso de mamífero racional.
Reconozco en los otros mi condición humana.
Soy una estructura emergente que evoluciona.

Soy parte y todo de la naturaleza.
Vivo de manera responsable.
Fomento los valores compartidos propiciando la convivencia con justicia estructural.
Estoy atento al ahora.
Experimento un agradable sentimiento de existencia.
Mi familia es mi primer contacto amoroso. De ella se nutre mi bacanería. A ella devuelvo mi solidaridad.
Aspiro a que se logre una cultura pacifica mundializada.
Rechazo el racismo y los regionalismos excluyentes.
Promuevo la convivencia democrática de la multitud planetaria estructurada en red.
Asumo la bacanería como un ideal que confiere identidad, singularidad.
Mi vida es un proyecto donde ejercito mi condición humana.
Busco sabiduría para conferirle sentido a mi vida.
Mi ánimo positivo es una provechosa potencialidad responsable.
Procuro superar los estereotipos.
La paz cotidiana y familiar que conozco es la bacanería.
Pretendo relacionarme con los otros, festiva y respetuosamente.
Ensayo generar alegría.
Resisto a la contingencia, el trauma, el estrés, y pruebo salir robustecido.
Me esfuerzo por ejercer la libertad con responsabilidad.
Vivo y comparto con mi pareja mi íntima bacanería.

Estudio las ciencias para guiar mis conductas con sabiduría.
Me gustan las reuniones festivas y bailables.
Medito y ejercito mi cuerpo.
Me mantengo alerta.
Me alimento inteligentemente y cuido la dicha de estar saludable.
Aprendo del cine y la literatura.
Me dejo cautivar por las artes visuales.
Gozo todas las artes. Me complace intensamente la vivencia mística de la experiencia estética.
Trabajo y descanso lo necesario.
Queridas amigas, apreciados amigos, en una nueva oportunidad publico las frases que faltaron. Hasta pronto.

domingo, 14 de enero de 2007

Un análisis sociocultural de Barranquilla. Lo común en la diversidad de la ciudad.

http://www.elheraldo.com.co/hoy070113/editorial/noti4.htmAl mirar una fotografía satelital de la ciudad de Barranquilla es notorio lo que tenemos en común, el río y el vecino mar.

Si nos vemos más de cerca, como individuos, las diferencias son evidentes. Y si observamos los diversos grupos en que se divide la sociedad salen a relucir las profundas diferencias de intereses que los distinguen.

Son varias ciudades en una. Existe una ciudad sumida en la miseria, ciudad premoderna, con la arquitectura de una aldea indigente. Por ella deambulan ciudadanos sin domicilio fijo. Como sobrevivir el día es el único propósito pensable de sus habitantes.

Existe también una ciudad con deseos de alcanzar por fin la modernidad. Sumergida en la nostalgia. En ella vive una multitud de personas de distintos ingresos. Sus vidas transcurren enredadas en las minucias de su entorno laboral. Algunos poseen un pequeño e improvisado negocio. Una ciudad que se paraliza a contemplar el espectáculo de sus arroyos. Con una arquitectura caótica. Un representante de su eclecticismo estético: el parque de ‘Los Fundadores’. Allí, en cualquier lugar, aparece un símbolo distinto de las diversas ciudades.

Existe una ciudad portuaria, incansable y con perspectivas. Una ciudad industrial, con sus obreros creando riqueza. Una ciudad que ofrece servicios educativos universitarios a la región

Existe una ciudad de vida privada, una ciudad de consumo suntuario. Una ciudad con privilegios, con una minoría que goza de la tecnología de la postmodernidad. Una ciudad con comodidades, esa sí “el mejor vividero del mundo”. Ciudadanos que viven de la renta. Que también tienen domicilio en el exterior. Una ciudad donde los empresarios se concentran en proteger sus intereses. Una ciudad de centros comerciales que atrapan al ciudadano en el consumo. Existe una ciudad con aroma de flores y una con los olores fétidos del caño. Una ciudad de contrastes fuertes.

Existe una ciudad de burócratas. De politiqueros. De desempleados. De sindicalistas, profesores y estudiantes amenazados. Existe una ciudad de seguidores del Junior, que hablan todo el día de lo mismo. Una ciudad de favoritos de la luna. De rebeldes sin causa. Una ciudad sin techos de estrellas. Una ciudad que ritualiza el viernes con su rutina etílica. Una ciudad de risa. Una ciudad de chabacanes que exhiben su ‘corronchería’ musical a todo volumen. Una ciudad de farsantes. De ‘traquetos’. De sicarios. Una ciudad en permanente carnaval.

Existe una de Barranquilla solidaria. Una Barranquilla respetuosa, trabajadora, una Barranquilla sinceramente cristiana. Existe una ciudad de librerías, de bibliotecas, de profesionales serios y responsables. De creadores musicales. Una ciudad de jóvenes estudiosos. De empresarios preocupados por su ciudad. De amas de casa que piensan en el futuro de sus hijos. Una ciudad que labora y sabe divertirse, a pesar de todo.

Sería interminable la lista de las diversas ciudades que conviven forzadamente. Encontrar lo común social y trabajar por una misma meta colectiva es lo difícil. Pero es lo que puede asegurar el progreso a todos. Las instituciones políticas hoy en día se han desarrollado de tal manera que permiten a las sociedades encontrar y definir lo común. Lo óptimo es que los ciudadanos trabajen en colaboración para alcanzar la mejor vida en común.

Se sabe de antemano las necesidades de gran parte de la población: nutrición, educación, salud, empleo, infraestructura urbana, servicios públicos, red vial, seguridad. Por lo tanto, la discusión debería girar en torno a cómo y con qué recursos lograr superar el atraso y encaminarnos hacia un desarrollo social y económico seguro. La solución sin embargo no está desligada de las políticas regionales y nacionales. Tampoco distanciada de la red de comercio mundial.

Las autoridades democráticas son aquellas que actúan defendiendo los intereses comunes. El verdadero reto es cómo superar el lastre de elegir a personas, que enmascaradas de redentores, solo buscan defender intereses particulares y enriquecerse individualmente. “El diablo nunca se dejar ver llegar”. El debate electoral es un escenario donde prima, por nefasta costumbre, la retórica del discurso demagógico, se dice lo que se espera escuchar. Así es fácil embaucar. Solo basta aprenderse el discurso. Y si no es suficiente, se ofrece la prebenda al necesitado corrupto. En este año se escogen a las autoridades locales, encontrar a personas que interpreten los intereses comunes es quizás la gran responsabilidad ciudadana del 2007. Ojalá que los colombianos estemos bien atentos a la hora de elegir.
Hugo Rafael González Montalvo

viernes, 5 de enero de 2007

Novelas y películas del 2006

Política, amor y guerra.
Algunas novelas y películas que nos llegaron a Colombia en el 2006.

Además de disfrutar de la creatividad nacional, hoy podemos simultáneamente conocer buena parte de la producción mundial en materia literaria y cinematográfica, a ella nos referiremos brevemente.

Preferencias personales.


Sabemos que es difícil establecer prioridades en la inmensa cantidad de obras artísticas que se generan a diario en el campo cultural internacional, la actual crisis de los filtros legítimos e idóneos complica la labor de selección.

Sin embargo, todavía podemos reconocer y aceptar algunos parámetros, orientados de esa manera distinguimos y acogemos obras que son de nuestro agrado. Se establecen así preferencias personales. Es por eso que siempre que realizamos una elección lo hacemos basados en nuestras emociones y criterios particulares.

En esta oportunidad solo mencionaremos y reseñaremos algunas, pocas, novelas y películas que se originaron en diferentes lugares del mundo y que arribaron a nuestro entorno en el 2006. Las reseñadas han contado con algún grado de aceptación y reconocimiento por los entendidos de las respectivas disciplinas.

Novelas:

Aparecieron muchísimas obras que permitieron a los colombianos divertirse y entretenerse mientras conocían más de cerca las diversas culturas del mundo y ahondaban en la comprensión de nuestra complejísima condición humana. De la literatura mundial recibida destacamos a “Lunar park” novela del estadounidense Bret Easton Ellis. “Abril rojo” de Santiago Roncagliolo. “Todas las familias son felices” de Carlos Fuentes, que fortaleció su prestigio como uno de los mejores escritores de la lengua castellana. Igualmente parecieron ediciones y reediciones de autores conocidos como Sergio Pitol, Haruki Murakami, Wendy Guerra, J.J. Coetzee, Adolfo Bioy Casares, de Kenzauro Oé, Ayn Rand, de Paul Auster, de Gio Xingjian, de Hanif Kureishi.

“La posibilidad de una isla” de Michel Houellebecqe.


En abril aparece en Colombia la novela “La posibilidad de una isla” del escritor francés Michel Houellebecqe. En ella se aborda el tema de la viabilidad de la inmortalidad. La extraña fusión de las creencias de una secta religiosa y la evidencia práctica de la ciencia, ofrecen la esperanza de realización de la perpetuidad de la vida. Daniel, un cómico, con éxito en el monólogo, logra vencer a la muerte. Es resucitado en un futuro inmediato mediante técnicas de reactivación de su ADN. Por medio de su propio relato, conocemos el pensamiento de Daniel, su frustración y el tedio existencial que experimenta como humano mortal. En forma intercalada aparece también la confesión de Daniel-25, versión neohumana de Daniel-1, dos mil años después. Daniel-25 nos dice, desalentado, que busca salir del aburrimiento provocado por su aislamiento, por la ausencia de emociones fuertes, por la falta de riesgo de muerte. Es una obra que nos cuestiona como seres humanos, oportuna en esta época de grandes cambios.

“Travesuras de la niña mala” de Mario Vargas Llosa.


En mayo aparece “Travesuras de la niña mala”, novela de Mario Vargas Llosa donde nos narra las angustias y deleites de los amores obsesivos del protagonista, Ricardo, con su irreductible amiga, amante, esposa, la perversa “chilenita”, “la niña mala”. Simultáneamente somos testigos de la evolución de la vida política y cultural, desde 1950 hasta la actualidad, en ciudades como Lima, Paris, Londres, Tokio y Madrid. El lector comparte con los personajes la incoherencia de sus emociones, el cruce fatal de sentimientos, lo absurdo de lo racional y lo irracional del absurdo. Es una lectura que confirma la vigencia de la prosa excelente del escritor latinoamericano.

“Nieve” de Orhan Pamuk.




En septiembre se divulga en Colombia la obra de Orhan Pamuk- Nobel de literatura de este año - de ella destacamos su mas reciente novela, “Nieve”, que le permite al lector conocer a Turquía en sus entrañas, vivir el conflicto cultural que aún se mantiene entre el pensamiento musulmán fundamentalista y el derivado de la ilustración europea. A través de la tragedia interior de Ka, un poeta que regresa del exilio, nos enteramos de la inestabilidad política, de los abusos del poder, del enfoque de los artistas, de las concepciones del amor y el valor de la muerte. La construcción del argumento, narrado por un amigo del protagonista, mantiene la intriga y la expectativa desde principio a fin.

Cine:

Entre centenares de películas del cine internacional que nos llegaron en el 2006 y que el público acogió, destacamos a:

  • “Las tortugas también vuelan”de Bahman Ghobadi
  • “V de Vendetta ” de James McTeigue
  • “Flores rotas” de Jim Jarmusch
  • “Crash” de Paul Hagáis
  • “Volver” de Pedro Almodóvar
  • “El castillo vagabundo” de Hayao Miyasaki
  • “Verdades ocultas” de Susanne Bier
  • “El Niño” de Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne
  • “Paraíso Ahora” de Hany Abu-Assad
  • "Match Point" de Woody Allen
  • “Los Edukadores” de Nans Weingartner

Para la critica internacional y conocedores, las mejores películas producidas en el 2006 son:

  • “Borat” de Larry Charles,
  • "Banderas de nuestros padres" y “Letters From Iwo Jima” de Clint Eastwood
  • “Babel” de Alejandro González Inárritu
  • “Half Nelson” de Ryan Fleco
  • “Los infiltrados” de Martin Scorsese
  • "Inland empire" de David Lynch
  • “Pequeña Miss Sunshine” de Jonathan Dayton y Valerie Faris
  • “El laberinto del fauno” de Guillermo del toro
  • “La vida de los otros” de Florian Henckel von Donnersmack.


“Las tortugas también vuelan”de Bahman Ghobadi.


En el campo del cine independiente distinguimos la película “ Las tortugas también vuelan”, del iraní Bahman Ghobadi que nos narra la manera avispada de adaptarse de unos niños en un campo de refugiados en el kurdistán iraquí durante el conflicto que derivo en la intervención de los EE.UU. Este trabajo cinematográfico cuestiona las guerras y sus terribles consecuencias, la insensibilidad de los gobernantes que la promueven, la indefensión y la imposibilidad de decisión de los pueblos que las sufren. Nos muestra la imaginación, la inocencia, la inteligencia y la sagacidad de los infantes en medio de la incomprensible crueldad de los adultos en guerra. Es de apreciar la capacidad del director para combinar la parte documental con la ficción, para lograr que los niños, actores naturales, tuvieran una participación convincente. Aspectos que acentúan la suprema ternura y la calidad de este film. Producido en el 2004 y distribuido en el 2006.

Los infiltrados” de Martin Scorsese.




Del llamado “cine de industria” resaltamos la película “Los infiltrados” de Martin Scorsese. Desarrolla la historia paralela de un criminal infiltrado en la policía y la de un policía encubierto, infiltrado en la mafia. Es una película que aparentemente podría desagradar por el tema tan sangriento, pero complace por la manera magistral como se teje el argumento. El control de los encuadres, los oportunos e imperceptibles movimientos de cámara, la iluminación dramática de los espacios cerrados, los escenarios contrastantes, el ritmo de la edición, colaboran para que la película exhiba la calidad del mejor cine de autor. Su éxito adicional es que logra también complacer al gran público, amante del cine de acción policíaca, que goza con las actuaciones impecables de Jack Nicholson, Matt Damon y Leonardo Di Caprio.

A los amigos lectores les deseamos su total satisfacción estética en el 2007, que el año venga pleno de buena literatura y buen cine.

Preguntas de fin de año para Colombia, un querido y un extraño país.


El 2006 en Colombia nos deja satisfacciones en múltiples aspectos de la vida. Celebrarlos es la mejor forma de atenuar el impacto de la realidad. De reseñar los logros se encargan los especialistas en cada campo. Pero es también una tarea importante, aunque a veces ingrata, enfrentar con un análisis sereno la perturbadora percepción que se tiene de la vida social. En varias ciencias se pueden encontrar explicaciones del comportamiento de los colombianos. Pero, ¿lo podemos justificar? Varias preguntas nos asaltan. Empecemos con algunas, que el lector sabrá responder.

¿Por qué nos cuesta tanto modernizarnos? ¿Nos queda grande la modernidad?

¿Los comportamientos incivilizados son producto de la ignorancia o de una maldad ilustrada?


¿Es deliberada la difundida confusión entre acuerdo de paz y acuerdo humanitario?


¿Hemos superado la etapa de la jefatura tribal como organización política?

¿La democracia representativa está en crisis? ¿Es conveniente el régimen parlamentario en Colombia?


¿Cuándo se va a hacer el reordenamiento territorial?


¿Es posible que confiemos en el otro? ¿El otro es digno de confianza?


¿Es ingenuo quien cumple la ley?


¿Es posible el progreso económico y social en un país en guerra?


¿Los colombianos somos dados a identificarnos de manera incondicional y cómplice con quien detenta cualquier poder?


¿Quiénes conocen la Constitución del 91? ¿Quiénes la cumplen?


Si a alguien no se le comprueba una responsabilidad legal, ¿le es exigible una responsabilidad ética, una responsabilidad moral, una responsabilidad política?


¿Está siendo efectiva la lucha contra el narcotráfico? ¿Por qué es difícil reconocer que la drogadicción es un problema de salud pública y no de orden público?


Si Colombia es un país que reza y llena iglesias, ¿por qué se delinque tanto y hay tanta impunidad social? ¿Es posible la cero tolerancia con el delito?


¿La nuestra es una cultura que propicia la paz, una cultura que estimula la violencia, una cultura que alimenta la venganza o una cultura que glorifica la guerra?



¿Los ciudadanos somos víctimas o encubridores? ¿Todos fuimos amenazados en los cubículos electorales?


Sí acérrimos enemigos, pueblos en guerra, lograron acordar la paz, ¿por qué nosotros no podemos resolver, mediante diálogos políticos, un conflicto bélico interior?


¿Cuántas muertes y víctimas más se necesitan para detener la guerra, para acordar la paz?


Con tal de conseguir la paz, ¿será posible que la guerrilla disminuya sus pretensiones y el establecimiento ceda algunas prerrogativas?


¿Cuántas riquezas naturales más necesitamos para seguir siendo pobres?


¿Es posible seguir haciendo negocios sin una ética pública?


La pregunta de siempre: ¿quién es más corrupto: el empresario que soborna o el funcionario que se deja sobornar?


¿Es posible la paz social con los actuales índices de miseria?


¿Es justo exigirle conciencia social y elevado pensamiento político a una población que ocupa todo su tiempo en el angustioso rebusque diario?


¿La música en la radio comercial, la farándula, la programación de la TV y, en general, la oferta de espectáculos son el fiel el reflejo de nuestros gustos estéticos?


¿Las artes son un asunto de élites? En la reciente obra de Botero, ¿admiramos la estética de la violencia o rechazamos la fealdad de la violencia?


¿Los jóvenes colombianos que se educan de manera sobresaliente lo hacen para estar mejor preparados para emigrar? ¿El sueño de los colombianos es el sueño americano?


En fin, el lector puede seguir adicionando el cuestionario.

Un feliz 2007. Ojalá sin tantas preguntas.


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El Caribe colombiano: entre el salvajismo violento y la decencia ciudadana.

La noticia: En Colombia en los últimos meses algunos funcionarios públicos y congresistas han sido acusados de haber realizado graves hechos delictuosos. Como muchos de ellos son oriundos del la costa caribe, columnistas de los principales diarios han calificado a todos los costeños como corruptos.

El comentario:
http://www.elheraldo.com.co/hoy061217/editorial/noti6.htm

Por los últimos acontecimientos nacionales a los caribeños colombianos se nos ha calificado de corruptos, las personas inteligentes saben que es simplemente una irresponsable generalización.

La región caribeña cuenta con una mayoritaria población decente. Es una multitud silenciosa y pacifica, integrada por personas de todas las edades, con suficiente ética, inteligencia y conocimiento para hacer el bien, para generar bienestar.

Sin embargo, por esto, no podemos negar el creciente deterioro de la moral en varias instancias de la vida social. La disminución de la exigencia de decencia es evidente. Reconocerlo no disminuye nuestra dignidad, al contrario, empeñarse en refutarlo aumenta la sospecha de ser cómplices de una situación que merece todo nuestro repudio.

Una circunstancia histórica superable.

Lo primero que debemos reconocer es que es una circunstancia histórica, superable, no es una tradición cultural ni, mucho menos, una absurda y supuesta condición genética.

Sabemos que las consecuencias de la injusta estructura socioeconómica crean las circunstancias propicias para que la violencia y el engaño se conviertan en un medio efectivo para la obtención rápida de dinero y reconocimiento social. La ley como mecanismo de cohesión social, parcialmente se cumple o no se hace cumplir del todo. Prima la impunidad.

Amplios sectores sociales, que se benefician indirectamente de la deshonestidad, callan. “El vivo”, el que sabe hacer bien la trampa, se está convirtiendo en un modelo de éxito social. Las costumbres se resquebrajan y las nuevas generaciones aprenden el descaro, la desvergüenza, por mera imitación.

Hacer el fraude se está transformando, de manera imperceptible, en un hábito aceptado. El rechazo comunitario al corrupto disminuye. El hambre se presenta como excusa para la complicidad.

Los malandrines instruidos, personas con una elevada formación académica y amplios conocimientos, pero sin ninguna ética, son los mejores en el timo. Ocupando los mejores puestos se aprovechan de la ignorancia de los más pobres.

La miseria de muchos se esconde con el triunfo de unos pocos.

Seguir negando la falta de repulsión social a la trasgresión de las normas es aumentar el problema. De nada sirve el cinismo de los bandidos al esconderlo, de forma habilidosa, detrás de los éxitos individuales y aislados de figuras de la literatura, la farándula o el deporte -García Márquez, Shakira, Rentería.

Muchas veces se justifica la pobreza llamándola de manera astuta: “realismo mágico”. La penuria se exhibe como folclorismo mercantil: la imagen de la sufrida palenquera vendedora de frutas se explota como símbolo exótico. La deficiencia en la educación musical se exalta como una cualidad que se debe conservar.

La religión, tergiversada, se manipula para fomentar el conformismo. Los intelectuales, en gran parte, están intimidados por las amenazas. Algunos se limitan a presentar inútiles elucubraciones abstractas, a perpetuar las nostalgias, a eludir la crudeza del presente. Otros se conforman con vivir a la sombra del poder.

Se divulga una pretendida identidad regional basada únicamente en valores arcaicos, rurales y premodernos. La vulgaridad, la chabacanería se presentan en los medios de comunicación como valores. Los chabacanes, los pícaros, son felices con la confusión. Los “perrateadores”, los saboteadores, hacen bulla, aplastan al decente.

La bacanería, la cortesía, las buenas maneras, son conductas que se extinguen. El civismo es cosa de tontos. Con el estridente volumen del equipo de sonido, que afecta a toda la vecindad, se ostenta un reciente poder o se oculta una frustración.

Por noticias en la prensa conocemos que son cada vez más los políticos, funcionarios, empresarios, comerciantes, industriales, profesionales, educadores, que por acción u omisión, se contaminan con la impudicia creciente.

Una asamblea regional constituyente

La solución a estos problemas, tan complejos, no será sincera ni eficaz sí solo la abordamos con retórica populista. Cualquier defensa patriotera de la región no es más que una forma ladina de ocultar lo que es innegable.

Lo urgente es la erradicación de la corrupción en todas las esferas de la vida social y que a la mayoría marginada se le ofrezca oportunidades reales de progresar económicamente, de educarse para la producción y la convivencia pacifica y decente.

La responsabilidad mayor recae en aquellos que detentan privilegios y gozan de sus beneficios. La ciudadanía debe directamente tomar partido proponiendo soluciones. Podemos y debemos recurrir y aprovecharnos de los avances tecnológicos, de la mundialización de la cultura.

Podríamos, en el extremo del entusiasmo, soñar y luchar por un futuro grato y gentil. Proponer algo parecido a una asamblea regional constituyente, para reordenarnos en la mayor cantidad de aspectos posibles. Donde surja un proyecto de región. Que nos permita integrarnos de manera más eficiente al país. Lo que hay que hacer para cambiar es mucho, tal vez nos llevará varias generaciones. Es deseable que la solución colectiva que se opte empiece a ejecutarse lo más pronto.

Optimismo, para que nadie pierda.

Aunque la tristeza de la situación nos amenace, los caribeños siempre optamos por la alegría. Esta vez, necesariamente, escogeremos una alegría responsable. El altruismo reciproco jamás lo hemos abandonado.

Por fortuna, los colombianos todos, mantenemos la esperanza de construir, con juego limpio, una sociedad justa, un país donde sencillamente nadie pierda.




En Busca de la Bacanería.

Estoy seguro que el amable lector reconoce en su entorno a personas que contagian con su alegría, que se relacionan con los demás lúdica y festivamente. Cultivan la amistad, dialogan para solucionar cualquier conflicto. Prefieren la cooperación a la competencia. Buscan la autonomía y tratan de ser autenticas. Son buenas personas. Son personas decentes. Decimos que son personas bacanas.

La indagación sobre la bacanería como modelo planetario de la buena vida.

¿Qué es lo común, lo que une a las bacanas y los bacanes, en distintas circunstancias y en variados lugares? ¿Cuáles son las condiciones de su existencia?
Para conocer más de cerca el fenómeno averiguamos cuales eran sus obras, sus emociones, sus pensamientos y sus palabras.
Los datos y testimonios surgidos en sus propios contextos nos ayudaron a diferenciarlos. Fueron reconocidos y reconocidas socialmente como tales por sus vecinos, sus respectivas familias, por los amigos, los entendidos del barrio, los compañeros de trabajo, por personas expertas en el campo de los estudios culturales, etc.
Se exploraron signos y significados en diversos circuitos socioculturales. Inicialmente en las ciudades de Barranquilla, Santa Marta y Cartagena. Después aparecieron bacanes y bacanas por toda Colombia. Esta entusiasta indagación exploratoria quedó registrada como dato videográfico en el documental “La Bacanería, un estilo de vida”.
Al presentarse este testimonio publico en canales de televisión abierta y en festivales internacionales permitió que se identificaran, con las ideas y emociones ahí expresadas, personas de otras latitudes.
Para interpretar los distintos aspectos relacionados con el tema propuesto se obtuvieron valiosos contactos por la Internet con profesionales formados en variadas disciplinas que habitan en diversos paisajes. Igualmente se revisaron importantes textos científicos de bibliografía reciente.
Surgido del anonimato, de las vivencias espontáneas de bacanes y bacanas, presentamos una recombinación de ideas escuchadas, leídas, pensadas o soñadas relacionadas con el tema de la bacanería.
Es una voz para el ahora, profunda, fuerte, que pretende comunicar el deseo que obliga construir mundos mejores, utopías posibles.
Estamos convencidos de que en todas partes existen individuos y comunidades con fuertes emociones ancestrales - que identificamos como fortalezas. Con las cuales resistir las circunstancias adversas y realizar pequeñas y pacificas acciones directas en la construcción de una sociedad más humana.
Un modelo de buena vida nunca está del todo “aquí”, siempre hay un “más acá biológico” que nos origina y un “más allá” humano y misterioso que nos espera.

La bacanería es una conducta justa y solidaria.

Una multitud es bacana cuando los grupos e individuos que la integran adoptan una conducta inteligente y justa en el uso de los recursos, materiales y simbólicos, disponibles.
Son bacanas la cooperación en el trabajo, la preferencia por el diálogo, el respeto por la vida humana y el ecosistema.
La bacanería es una manifestación de solidaridad humana en la que se realiza el ideal de fraternidad bajo premisas de igualdad, justicia y libertad. Es un fenómeno natural y cultural.
Reconocemos que en cada una de nuestras conductas, en nuestra propia concepción del yo, en nuestros sueños, en los sentimientos más íntimos, está presente la cultura.
Aceptamos que la cultura nos transforma en la misma manera en que nosotros la transformamos. Hoy antropológicamente entendemos a la cultura como un todo que no deja por fuera ningún aspecto de la vida: la forma en que respiramos, lo que comemos, lo individual, lo social, lo económico, lo religioso, la educación, la salud, el poder político, etc.
Como conocimiento, como forma de pensamiento, la cultura basada en la bacanería facilita la convivencia democrática civilizada y hace más digna la existencia.
La parte amable de la historia humana nos sirve para sustentar nuestra esperanza y la parte negativa para avergonzarnos, para mantenernos alerta.
A pesar de todas las dificultades, de los estímulos constantes de la cultura chabacana, la experiencia nos indica que podemos (y debemos) controlar la insolencia de nuestros instintos agresivos.

Bacanería artística y espiritual

También en el goce de las artes y en la vida espiritual reconocemos a la emoción bacana.
La mayoría de nosotros sabe que la emoción de la bacanería, se expresa con tal libertad estilística y multiplicidad de manifestaciones, medios y expresiones, que no admite que pueda ser reducida a un estereotipo, dogma, religión o ropaje.
Los bacanes y bacanas cultivan el espíritu que les satisface. Tienen mentes abiertas, pensamientos sin prejuicios y una visión planetaria que les permiten buscar, encontrar o inventar afinidades donde en apariencia sólo hay oposiciones; poetizar la vida, encontrar similitudes en aspectos que parecen no tener conexiones.

Bacanear y tolerar.

Las bacanas y los bacanes distinguen entre bacanear y tolerar.
En la tolerancia hay un velado aplazamiento de la negación del otro. En cambio en un ambiente con bacanería, al otro, de inmediato, se le reconoce en su condición de ser humano.
Los bacanes y bacanas se organizan en comunidades, asociaciones, círculos de amigos y ecoaldeas bacanas. No aceptan determinismos paralizantes ni utopías ingenuas. Conviven interactuando con conductas amables basadas en el altruismo reciproco.
La idea es convertirse en una red supranacional de ciudadanos planetarios que compartan el deseo de vivir en una sociedad humana que se autorregule al máximo para acercarse lo más razonablemente posible al ideal de democracia directa.

Autosuperación bacana.La terapia mental y espiritual de la bacanería.


Todos conocemos a personas y ciertos grupos humanos que no se arrugan en la adversidad.
Conocemos a muchos bacanes y bacanas, que en medio de las mayores penurias, tienen la capacidad para resistir la contingencia, el trauma, el estrés, sin quebrarse y salir robustecidos en el proceso.
Es por eso que podemos afirmar que la emoción bacana es muy útil, tanto individual como colectivamente, porque permite mantener el animo, la lucha en la adversidad.
Las ciencias que estudian los fenómenos síquicos y sociales llaman a esta capacidad resiliencia, nuestra gente la llaman sencillamente resistencia bacana. Los bacanes y bacanes del mundo simplemente la llamamos: la Bacanterapia.

Bacanería con economía planetaria

La lucha es por conseguir lo optimo, el limite posible del ideal. Construir una sociedad productiva, autoorganizada económicamente con justicia social.
Es condición necesaria para la vigencia de una sociedad bacana que las personas cuenten con salud, educación y bienestar mínimo. Que posean un empleo, un trabajo, una actividad productiva responsable, respetable, que prodigue lo suficiente para realizar sus respectivos proyectos de vida.
Es importante que todas las actividades económicas, manteniendo un comportamiento ético, procuren un adecuado aprovechamiento de los recursos, sustentado en el interés público.
Una sociedad bacana debe promover una economía que estimule la distribución del ingreso y la ganancia obtenida del trabajo.
La comunidad internacional debe integrar a los ciudadanos actualmente excluidos de los beneficios del sistema productivo mundial.
Mientras subsistan, los Estados Nacionales deben basar su accionar político en la búsqueda de la equidad social, conservando sano el ecosistema en su necesario intercambio de bienes y servicio a escala planetaria.
Seria deseable una ciudadanía planetaria organizada de una manera diferente, es posible que surja una estructura emergente que promueva la vigencia de una democracia directa, que relacione en una red libertaria mundial las diferentes comunidades con un sentido igualitario.
Muchos piensan, por ejemplo, en una especie de constitución mundial –supranacional-basada en el respeto a los derechos humanos, promovida por una creciente y responsable opinión publica planetaria.
Familiares, amigos, vecinos y compañeros, en medio de las dificultades, afirman que la única paz que conocen es la bacanería.

La bacanería como propuesta de cultura de paz.

Los estudiosos de los fenómenos sociales nos dicen que donde exista injusticia estructural escasean los valores compartidos.

La crueldad y el horror generan frustración, malestar. Sin embargo, aún en condiciones extremas, encontramos a personas optimistas que encuentran soluciones para sobrevivir con dignidad.
Los bacanes y las bacanas perciben "el mundo como es" y no les satisface la actual vida guerrera. Es una lucha permanente entre naciones estados y empresas transnacionales. Por eso se imaginan “un mundo cómo debe ser", en convivencia pacifica. Asumen a la bacanería como una idea que se debe ejecutar en el presente con acciones directas libertarias. Acciones de democracia radical. Un proyecto igualitario para realizar en la diversidad cultural.

La bacanería es nuestra propia manera de concebir la vida digna. Es un valioso recurso anímico social para impulsar y acompañar cualquier intento de detener la negación de tantas vidas. Sabemos que todavía hay muchas bacanas y muchos bacanes capaces de autocrearse desde el feliz acontecimiento de estar vivos.
Sabemos también que los humanos somos lo suficientemente inteligentes para autotransformarmos. Que tenemos la capacidad para autocumplir nuestra propia profecía. Que podemos evitar tanto dolor y sacrificio de vidas humanas promoviendo, en cualquier parte del planeta, el desmonte de la cultura de la guerra, la conocida y vieja guerra por el lucro desaforado.

Guerra renovada con el refinamiento salvaje de los negocios transnacionales globalizados en el entorno cibernético y por la posesión territorial de los recursos naturales donde la fuerza física, la militar, se impone como amenaza o como agresión violenta. Cómo superar todo esto, es el gran reto de los humanos en el siglo XXI.
Los bacanes y las bacanas aportan un concepto optimista de la vida que anima a construir un mundo mejor. Aportan un proyecto de vida planetaria. Para los bacanes y bacanas la bacanería es algo muy serio, que conlleva una valoración ética. Todos sabemos bien que el horizonte se desplaza con nosotros y que en el camino la propuesta de bienestar colectivo se reformula constantemente, con imaginación y con crítica creativa.

La palabra baccan, vocablo viajero.

Aunque con diferentes sentidos la palabra bacanería tiene ya un largo recorrido planetario. Proviene de baccan, voz latina popular originaria del puerto italiano de Génova. Identificaba al jefe de familia y al capitán de barco.


Pintura de Daniel Perez http://www.artelista.com/obra/2251358153940111-elbacan.html

La palabra bacán desembarca con los inmigrantes italianos en Buenos Aires. A principio del siglo XX, como voz del lunfardo, se expande con las letras de algunas canciones del tango por toda América.

En aquella época se refería preferentemente a la persona alegre que con solvencia económica, estilo elegante y generosidad fraterna frecuentaba los ambientes libertarios de la vida bohemia.

Después se encarna en el bacán salsero de esquina caribeña. Ahora continúa su expansión por la Internet a todo el planeta.
Los jóvenes de hoy en sus conversaciones lo utilizan, además, para referirse a un estado de satisfacción anímica, como reconocimiento de una emoción agradable, como una aprobación estética o erótica.

Bacanería íntima, social y planetaria.

La bacanería como emoción biológica no es exclusiva de nuestro barrio, ni de una determinada región, sino que está presente en todos los seres humanos.
La bacanería se vive localmente pero su origen es planetario. Está presente en todas las culturas, aunque se distingue con otros nombres. No está concientemente mundializada con el mismo nombre.

En nuestra propia vecindad se sabe que sólo son bacanas aquellas relaciones de convivencia que se fundan en la aceptación del otro sin exigencias. En esa convivencia bacana no se necesita más distinción que la que nos permite concebirnos como seres humanos y reconocer esa misma condición en los otros. Por eso se habla de la cultura de la bacanería como un instrumento que nos humaniza, que nos permite autotransformarnos individual o colectivamente en seres humanos. Es un conocimiento adecuado y conveniente para contrarrestar en los tiempos contemporáneos a la tendencia que sólo promueve el consumo egoísta.

Los bacanes y bacanas están convencidos que sólo el respeto y el reconocimiento de lo común biológico cultural de las distintas poblaciones humanas nos abrirán camino hacia una nueva forma democrática de habitar el planeta: la bacanería íntima y planetaria.

La bacanería es alegría.


Abrimos los ojos y experimentamos la vida entre los humanos; somos conscientes que estamos compartiendo el fluir del misterio de lo insondable, de la deriva natural.

Sentimos una alegría profunda.Es una forma intensa, prudente y moderada de celebrar la vida. Para los bacanes y bacanas el alegrarse en la bacanería no es la celebración sin control de todo lo que en la vida sucede, ni la indiferencia o el desprecio mezquino del dolor ajeno.

Es la alegría de la libertad responsable. Es la alegría de sentirse humano entre humanos. Es vivir con alegría la espiritualidad humana a través de la solidaridad, de la compasión, el compartir.

Es el experimentar gozoso de lo místico, de la música, de la meditación, del baile, de la filosofía, de las ciencias, de la intuición creativa, del juego limpio.

La bacanería es una satisfacción ética.

Vivimos una emoción agradable cuando optamos por las acciones que razonablemente y de buena fe nos convienen a todos.
En medio de la competencia y la acumulación egoísta de los recursos aptos para la supervivencia, las bacanas y los bacanes encuentran en nuestra condición biológica el vínculo solidario que precipita el sentimiento altruista de pertenencia a la especie.
Sabemos la versión trágica de nuestra historia humana, pero también conocemos nuestra propensión biológica a hacer el bien.
Se sabe científicamente que las interacciones basadas en la colaboración y la coordinación son las que nos han permitido en nuestra deriva natural convertirnos en y evolucionar como seres humanos.
Desde nuestra vida intrauterina estamos bajo la influencia de la cultura, recibiendo en nuestras neuronas una impresión de valores, vicios o virtudes sociales. Ese entrenamiento se mantiene durante el resto de nuestra existencia.
Un contexto en el que prime la dignidad humana refuerza nuestra propensión natural a la bacanería. En el momento del nacimiento, en ese estado de total indefensión, recibimos el trato amoroso, los cuidados y la emoción que nos permite ahora decir que somos humanos.
Conocemos el aspecto malvado de los seres humanos, sus potencialidades negativas, sus prácticas violentas e injustas. Pero afortunadamente también sabemos de las prácticas milenarias en la que existen marcada atención en considerar las consecuencias que nuestras acciones tienen sobre los otros.
Las bacanas y los bacanes son creativos en medio del caos. Inventan formas organizativas, amables y dignas, de convivencia humana. Escuchan atentos; saben distinguir y no perjudicar a los demás.
Hoy la bacanería se fundamenta en el reconocimiento de la legitimidad del otro. Se asume el compromiso de respetar a los otros como legítimos otros, a reconocer en ellos nuestra condición humana.
Es muy difícil que una persona encarne siempre los valores sociales, sin embargo podemos distinguir algunas conductas que indican que en un momento dado una persona está siendo bacana. Todo lo contrario es lo chabacano.
La bacanería excluye, por supuesto, a las conductas irresponsables y laxas en el cumplimiento de los deberes, lo grosero, lo vulgar, lo violento, lo injusto, lo que ofende a la dignidad humana.
Solo se reconocen como bacanas a las personas que actúan “a lo bien”. Que prefieren el bien.